RIBERA BAJA DEL EBRO

La rueda que da nombre a un monasterio

La recuperación de la noria hidráulica que funcionó en el siglo pasado será un valor añadido para el complejo cisterciense. Además, la hospedería iniciará sus obras de ampliación en diciembre.

Hasta que estuvo recuperada la noria se llamaba 'el monasterio'. Ahora sí que ya es 'el de Rueda'. El vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Ángel Biel, hacía este guiño para destacar la importancia y belleza de la infraestructura hidráulica inaugurada ayer. Una noria que, por sus dimensiones, está entre las más grandes de Europa. Con su rehabilitación no solo se ha recuperado un símbolo de la antigua vida monástica y del Ebro, sino también una atracción turística más para conocer este edificio cisterciense.


La anterior noria dejó de funcionar en 1947 cuando el artesano que habitualmente la reparaba falleció. Así lo contaba ayer Bautista Antorán, adjunto al presidente de la Asociación de Amigos del Monasterio de Rueda, que todavía tiene en su retina la fotografía que su padre y su abuelo se hicieron junto a esa noria en 1920.


El modelo de la anterior estructura es el que se ha utilizado para la nueva noria, que tiene un diámetro de 16 metros y 24 centímetros. Una cifra que la sitúa como una de las más grandes del continente europeo. Y que tiene la particularidad de que se ha hecho íntegramente en Aragón. El herrero y el carpintero que han realizado esta réplica son Francisco Rodríguez e Ismael Almorín, respectivamente, ambos de Gelsa.


El arquitecto Javier Ibargüen ha dirigido las obras de recuperación de esta infraestructura hidráulica. Unos trabajos que se han prolongado durante algo más de un año y que ha ejecutado la empresa Damarim S. L.


El presupuesto de la rehabilitación ha sido de un millón de euros, que ha aportado el departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón. La noria tiene una doble rueda y está ubicada junto al cauce del río Ebro. La estructura es de acero, aunque las palas que elevan el agua son de madera.

Un molino harinero

Todo ello descansa sobre la estructura original de muros de sillería que ha sido limpiada y restaurada. Además, cuando hicieron las obras descubrieron el molino harinero que permanecía oculto bajo los escombros. Y esta parte, junto al canal que suministra agua a la noria y parte del acueducto y la construcción de un pequeño paseo se han sumado a los atractivos turísticos de este monasterio, que cuenta con un alojamiento integrado dentro de la Red de Hospederías de Aragón.


El siguiente paso en la rehabilitación del conjunto Císter será la ampliación de la hospedería, que se espera que sea adjudicada en diciembre y cuyas obras concluirán en 2011. Los trabajos costarán 13 millones de euros. Las habitaciones que se construirán en el antiguo pabellón de novicios harán que el alojamiento pase de 35 a 90 habitantes, además de contar con zona de spa y cafetería, entre otros. Además, se adecuarán las dependencias ubicadas dentro del muro del monasterio.


Cuando culminen estos trabajos, el Ejecutivo autónomo habrá invertido 30 millones de euros en un complejo que tiene repercusión en toda la comarca de la Ribera Baja del Ebro y que es un referente tanto para el turismo como para los congresos.

Una exposición sobre el Ebro


Por otra parte, el vicepresidente aragonés, que estuvo acompañado del viceconsejero de Turismo, Javier Callizo, y de representantes de la comarca y de los municipios próximos además del equipo encargado de la rehabilitación inauguraron también la exposición "Paisajes y tecnología del agua en el río Ebro, un río entre dos mares".


La muestra, que podrá verse hasta el 30 de agosto en el refectorio y la cocina del monasterio, ha sido organizada gracias al convenio suscrito entre Turismo de Aragón y la Asociación Tajamar, que se dedica a la difusión del patrimonio hidráulico.


La exposición cuenta con paneles explicativos de las infraestructuras utilizadas para el aprovechamiento del agua del río a lo largo de los siglos, además de maquetas y obras pictóricas, entre otros.


"Esta es una fábrica cisterciense que une todos los elementos hidráulicos medievales en uno solo", dijo Luis Azurmendi, presidente de la asociación Tajamar. Por su parte, Biel recalcó la importancia de "seguir utilizando el agua del Ebro".