Abba Huesca: inquietud y gran apertura de miras

El restaurante de este hotel oscense se ha hecho un hueco entre la exigente gastronomía de la ciudad.

El chef Darío Bueno, en el centro, con el equipo del restaurante del hotel Abba de Huesca.
El chef Darío Bueno, en el centro, con el equipo del restaurante del hotel Abba de Huesca.
Rafael Gobantes

Para el restaurante de un hotel, romper con el estereotipo de una cocina que mira casi en exclusiva al cliente que se aloja en él y a sus necesidades, suele ser complicado. Y es que no debe resultar nada fácil atender al mismo tiempo, hacia dentro y hacia fuera, servicios de cafetería, habitaciones, menú, carta, grupos y banquetes.


En ocasiones, esa fusión se consigue sin que se produzcan estridencias ni demasiadas tensiones, y el hotel Abba Huesca es un buen ejemplo. De la mano del chef Darío Bueno y de segundos como Daniel Lostao, premiado en el Concurso de Jóvenes Cocineros de la Hoya de Huesca, la propuesta gastronómica de este restaurante está logrando algo que a priori no era sencillo: pasar a formar parte del alto nivel de la restauración de la ciudad.


Los oscenses han hecho suya la cafetería y el lobby del establecimiento. Se puede comprobar cualquier día, a mediodía o por la noche, pero especialmente los fines de semana. Su apuesta por participar en los concursos de tapas, cazuelitas y bocadillos ha contribuido a romper el hielo y el miedo a entrar, tan habitual en los hoteles de nivel medio-alto.


Al margen del sugerente picoteo de la cafetería, dos menús (se pueden degustar a mediodía y por la noche al mismo precio toda la semana) son los que resultan más visibles. El enfoque es parecido, mirando al mercado, a las sugerencias que surgen cada día. No hay propuestas excesivamente estandarizadas, sino una línea de trabajo en la que de una semana a otra pueden cambiar los ingredientes pero no el concepto.


El menú degustación (25,50 euros, no incluye el vino) es el que tal vez mejor refleja el ideario del chef Darío Bueno. Se ofrecen un aperitivo, dos entrantes, dos medias raciones de pescado y carne y postre. Hay tradición y equilibrio en sus propuestas, pero mostradas de una forma diferente. Por ejemplo, para el bacalao con pimientos de toda la vida se recurre a una sopa de pimientos asados. Ahí se concentra toda la potencia de sabores. Y la idea de un plato de mar y montaña se traduce en una cigala con caldo texturizado de tomillo y alubias verdina capaz de expresar al mismo tiempo aromas yodados y la fuerza de la tierra.


No suele faltar en este menú el punto divertido y atrevido; por ejemplo, de una borraja acompañada de sardina y ajoblanco. Y a la hora de trabajar el ternasco de Aragón resulta exquisito el tratamiento del cuello a baja temperatura, cuya carne, muy jugosa, se presenta deshuesada en un lingote, con un golpe de rustido.


Más tradicionales son la versión del huevo poché con crema de hongos y virutas de trufa con el punto diferente de la longaniza salteada, o el arroz de pato y setas. Platos tan reconocibles como bien trabajados para paladares que buscan arriesgar menos. Para todo hay cabida en la cocina de este hotel, que tan bien se ha integrado en el día a día de Huesca.


Abba Huesca Calle de Tarbes, 14. Huesca.  Teléfono: 974 292 900 Horario: de 13.30 a 15.30 y de 20.30 a 23.00. Descanso: abierto todos los días.-Ver otros restaurantes recomendados

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