"Todavía estamos a tiempo de resolver los retos a los que nos enfrentamos"

Nos encontramos en la recta final del impulso de la Agenda 2030. ¿En qué situación se encuentra Aragón?

Con respecto a los ODS, a pesar de la pandemia y de los efectos de la guerra de Ucrania, el avance es positivo. Quizás algo lento, pero desde 2015 se ha avanzado significativamente en todos los objetivos. Y esto se aprecia en el refuerzo de los servicios públicos, en una inversión cada vez más transformadora de nuestro modelo socioeconómico y en la apuesta por las alianzas y la colaboración entre todos.

¿Y cuáles son los retos más urgentes?

Nuestras principales preocupaciones actualmente son la reducción de los costes energéticos provocados por la guerra, el control de la crisis de suministros y la disminución de la inflación. Y para resolverlas hay que apostar por el multilateralismo, por la inversión transformadora, por las alianzas y por las políticas basadas en evidencias. Y estamos en el mejor momento para ello, por la llegada de los Fondos Europeos Next Generation a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que son un empujón muy importante para alcanzar estos objetivos. Estamos en una fase muy importante, de velocidad de crucero, ya que la mayor parte de ellos ya están en fase de gestión.

¿A qué áreas prioritarias van a destinarse dichos fondos?

Las áreas de inversión las marcó Europa en 2020: verde, social y digital. A Aragón nos pilló muy bien posicionados, porque desde el año 2019 ya estábamos trabajando en ellas. Esto supone un abanico muy importante de convocatorias y de inversiones: ahorro energético en viviendas y de agua en los municipios; medidas para mitigar el riesgo de riadas o para una gestión forestal más sostenible; impulso a la movilidad sostenible; kit digital para acelerar la digitalización de las pymes; nuevos modelos de economía de cuidados; mejora en las competencias de los trabajadores…

La innovación es una de las cuestiones clave para crear prosperidad en el territorio. ¿Cómo se está trabajando en este sentido?

Lo que nos dice la ciencia es que la innovación tiene que ser la principal estrategia para resolver los problemas del futuro. Y en estos momentos de crisis tenemos que entender esto como una oportunidad para acelerar la transformación hacia un modelo más sostenible. En esta materia, en Aragón, con menos, hacemos más. La administración pública está en una situación muy favorable y aunque es verdad que las empresas tiene que dar el paso e invertir un poco más, aquí hay organizaciones que son grandes referentes en proyectos innovadores en materia productiva, en digitalización y optimización de procesos, en la industria agroalimentaria o en el sector de la energía, entre otros.

¿Cree que la ciudadanía percibe todo este trabajo y la importancia que tiene la Agenda 2030?

Hay que comunicar, pero lo importante es lo que se haga, no lo que se diga. Si en pandemia reforzamos la salud pública y contratamos a miles de nuevos médicos y compramos vacunas, si ahora estamos implementando medidas para reducir la factura energética y combatir la inflación… Lo importante son las políticas transformadoras que se están aplicando. Y ahí creo que la gente sí que es consciente del impacto positivo que está teniendo, sobre todo para salir de esta crisis de una forma muy distinta a como se salió en el año 2008.

¿Se está haciendo entonces una buena labor de difusión?

Todas estas cuestiones se están comunicando y, ahora, para dar un impulso mayor, hemos lanzado la Alianza Aragonesa, para reconocer lo mucho que se hace en Aragón. Desde aquí invito a que se adhieran a todas las empresas, autónomos, escuelas, centros sanitarios o entidades locales. A través de un simple formulario, pueden acreditar con un sello de la Alianza su trabajo en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Qué papel tienen las empresas en el desarrollo de la Agenda 2030?

Son los principales agentes del cambio y también los principales interesados, porque con estas medidas van a reducir sus costes productivos, mejor reputación entre sus conciudadanos y clientes… Además, son empleadoras y nos ayudan a crear esa cultura de cambio. Aquí podemos presumir de un privilegiado clima de diálogo social y de que todos remamos en la misma dirección.

¿Qué importancia tiene la colaboración público-privada para lograr un desarrollo sostenible?

Como marca la propia Agenda, o la administración pública, las empresas y la ciudadanía vamos juntos o no llegaremos. Este clima de estabilidad y paz social es un factor competitivo para la Comunidad, porque atrae empresas que tienen en su ADN la sostenibilidad. El talento de los trabajadores, la cercanía con la administración y la disponibilidad de energía renovables están ayudando a aumentar las cifras de inversión en el territorio.

Entonces, ¿se puede ser optimista? ¿Qué ocurrirá si no alcanzamos lo previsto en 2030?

Los catastrofistas que dicen que no hay nada que hacer y los interesados que dicen que no ocurre nada están fuera de la realidad. Vamos algo lentos, pero tenemos que ser proactivos, porque estamos a tiempo de resolver y mitigar los retos a los que nos enfrentamos.

Los datos nos dicen que estamos mejor que nunca y aunque de aquí a 2030 no hayamos alcanzado todos los ODS, habremos avanzado a una escala sin precedentes a nivel global. ¿Qué haremos si no llegamos? Repetir el diagnóstico, refinar y buscar soluciones en base a las capacidades de la tecnología y la ciencia en ese momento, siempre con las luces puestas en el futuro y pensando en las nuevas generaciones y en ser competitivos a nivel global y sostenibles.