El respeto al medioambiente es un tema que se encuentra en boga por la necesidad de dejar un planeta mejor a las generaciones venideras, con recursos energéticos suficientes para su supervivencia. En este ámbito, el sector de la construcción tiene cada vez más en cuenta aspectos como la orientación de los edificios, los materiales utilizados o la habitabilidad de las viviendas.

El primer paso de una constructora a la hora de planificar un edificio de pisos es seleccionar la ubicación y la orientación de las viviendas. El objetivo es optimizar las condiciones naturales del entorno, como la luz solar, para que los propietarios puedan reducir su factura energética.

Una vez se comienza a construir, se tienen en cuenta los materiales. Se deben usar materias primas ecológicas que tengan una buena capacidad aislante, como la piedra, el corcho o el PVC, para que las familias puedan mantener la temperatura de su hogar de forma estable con el menor gasto posible. En este sentido, una de las últimas tendencias en construcción sostenible pone el foco en las persianas, eliminándolas por considerarse un foco de pérdida de eficiencia energética.

Las últimas promociones de obra nueva que se están realizando siguen los criterios de las viviendas Passivhaus. Las casas pasivas aumentan la sostenibilidad de los pisos gracias a la renovación inteligente del aire que realizan y que permite no tener que abrir nunca las ventanas y mantener una temperatura estable.

La factura energética de una vivienda puede ser más o menos elevada en función del consumo, pero lo que se puede lograr es que afecte lo menos posible al planeta. Se logrará gracias a la instalación de fuentes de energía limpia, como las placas solares, o sistemas de calefacción eficientes con los suelos radiantes. Este es uno de los últimos avances para lograr un calor uniforme en todas las habitaciones con el menor impacto ambiental. Además, se puede incentivar el reciclaje mediante la instalación de mecanismos de gestión de agua y residuos en las zonas comunes y en las viviendas.

Habitabilidad ecológica

Una vivienda también puede ser más o menos sostenible por los elementos que la componen más allá de la estructura principal. El mayor gasto energético en un hogar reside en el uso de los electrodomésticos. La empresa encargada de la promoción debe apostar por aquellos que tengan una mejor eficiencia energética, los que dispongan de una etiqueta A+++. Con esta distinción, poner la lavadora o el lavaplatos o mantener los alimentos fríos en la nevera no genera sustos a final de mes.

La iluminación también tiene mucho que decir en la sostenibilidad de un edificio. La tecnología LED reduce el consumo de luz con respecto a las bombillas convencionales, además de dar una mayor intensidad de iluminación. Además, se pueden instalar interruptores que regulen la intensidad de la iluminación y adaptarla a las necesidades de cada momento.

La tecnología también contribuye a que una vivienda sea ‘verde’. La implantación de la domótica en una vivienda propiciará que se puedan controlar, desde un dispositivo móvil y sin necesidad de estar dentro del hogar, aspectos como la calefacción, los electrodomésticos o los puntos de luz. Llegar a casa y tener una temperatura agradable o poner la lavadora en el momento del día en el que la electricidad es más barata contribuirán a la economía familiar y a evitar que el calentamiento global avance y pueda propiciar que el planeta pierda recursos naturales en los años venideros.

Eficiencia para todos

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El Gobierno de España busca que todas las comunidades de vecinos puedan tener edificios respetuosos con el medioambiente. Esto se desprende del Programa de Fomento de la Mejora de la Eficiencia Energética y la Sostenibilidad en Viviendas integrado dentro del Plan Estatal de Vivienda 2022-2025. Gracias al mismo, los propietarios recibirán hasta 12.000 euros para realizar mejoras en las instalaciones con el objetivo de que reduzcan su impacto en el planeta. La cuantía aumenta hasta los 18.000 euros si la persona tiene discapacidad y si el edificio es BIC, se incrementa el importe en 1000 euros. La inversión se cubrirá en un 40%, aunque puede subir al 75% si hay ingresos inferiores a 3 Iprem. Se dará preferencia a aquellas edificaciones que fueran construidas antes de 1996.