Cuando se acerca la jubilación, una de las cuestiones que más preocupa es saber si se ha cotizado durante el tiempo suficiente para poder cobrar la pensión íntegra. En caso de no haber cumplido con el periodo de carencia, es decir, el mínimo exigido para tener derecho a una contribución, que corresponde a 15 años (de los cuales, dos de ellos los debes haber trabajado durante los 15 años previos a la edad de jubilación), existen otra alternativa que garantiza que, una vez llegada la jubilación, tengas ciertos ingresos. Se trata de la pensión no contributiva.

"La pensión no contributiva de jubilación (PNC) asegura que todos los ciudadanos que no tengan pensión por jubilación, al llegar a su edad de jubilación, puedan cobrar una prestación, tengan acceso a asistencia médico-farmacéutica y otros servicios sociales", explican desde Ibercaja. "Se trata además de una pensión de carácter vitalicio, por lo que, al acceder a ella, podrás contar con estos ingresos mensuales hasta tu fallecimiento", añaden.

Requisitos

Las Comunidades Autónomas son las encargadas de gestionar y tramitar las pensiones no contributivas de jubilación, por lo que, en caso de solicitarla, el usuario debe acudir a los órganos competentes para solicitarla. En 2020, la cantidad mínima que corresponde a quien la solicite es de 1.384,60 euros anuales, aunque este importe puede variar en función del número de beneficiarios del mismo con la misma unidad económica de convivencia y de los ingresos que tengan cada uno de ellos. Además, deben cumplirse los siguientes requisitos:

En caso de compartir vivienda con familiares, las cantidades varían de las siguiente manera: