el sector cárnico en aragón

El compromiso con el bienestar animal como base del trabajo del día a día

Conscientes de la importancia que tiene el correcto estado de los ejemplares para la obtención de productos de calidad, los ganaderos adoptan numerosas medidas para garantizarlo. Además de recibir visitas periódicas de profesionales como veterinarios, algunas granjas van más allá y cuentan con sellos distintivos que certifican la excelencia en este ámbito.

Chema Bello, jefe de Producto de ovino y caprino de Nanta, comprueba el estado de los corderos de la granja de Franco y Navarro.
Chema Bello, jefe de Producto de Ovino y Caprino de Nanta, comprueba el estado de los corderos de la granja de Franco y Navarro.
Aránzazu Navarro.

"La normativa europea en cuestiones de ganadería y alimentación animal es de las más estrictas del mundo. Además, si un ganadero maltrata a un animal, la carne va a ser de peor calidad y sus rendimientos van a ser menores, de manera que es el primer interesado en su bienestar", explica Chema Bello, doctor en Veterinaria y jefe de Producto de Ovino y Caprino de Nanta, empresa dedicada a la producción y comercialización de piensos de alta calidad, servicios y soluciones de nutrición animal seguras y sostenibles.

Una de sus labores es visitar las granjas y realizar evaluaciones de bienestar animal, unos análisis basados en un sistema creado por la propia compañía, en el año 2003, que se basa en el criterio de la Organización Mundial de Sanidad Animal en relación a las ‘cinco libertades’ (libre de hambre, de sed y de desnutrición; libre de temor y de angustia; libre de molestias físicas y térmicas; libre de dolor, de lesión y de enfermedad; y libre de manifestar un comportamiento natural  ). "Evalúo indicadores relacionados con el ambiente, la temperatura, el grado de amoniaco, las corrientes de aire, lesiones físicas, la cantidad de animales que hay por metro cuadrado, si la cubierta esta aislada, si tienen confort, la calidad del pienso... Con ello, hago un informe, lo meto en un programa y comparamos granjas para que estas puedan ver si están o no por encima de la media y tratar así de mejorar", indica Bello.

Este diario acompañó al experto durante una de sus visitas profesionales, que tuvo lugar el pasado martes en la granja de corderos de Franco y Navarro, ubicada en el municipio zaragozano de La Joyosa. Allí, los animales son tipificados, es decir, clasificados en base a criterios como su sexo, raza y peso para ser posteriormente enviados al matadero. Supermercados de toda España venden esta carne, buena parte de ella Ternasco de Aragón.

El veterinario afirma que el nivel de bienestar animal en las granjas aragonesas es elevado. "Hemos realizado más de 500 auditorías en las que hemos comprobado que los veterinarios y ganaderos siempre se han preocupado por ello. Para poder conseguir carne y animales de calidad y rentables es necesario que estos estén en buenas condiciones. Asimismo, en los últimos años se ha notado que hay una mayor demanda social en este sentido que, lógicamente, repercute en la cadena y tira del sector", manifiesta Bello, quien destaca también las notables inversiones que han llevado a cabo muchas granjas para cumplir con este cometido.

Sellos de calidad

Además de estas evaluaciones, los responsables de la granja Franco y Navarro pasan por inspecciones del Ejecutivo autonómico, por auditorías de sus clientes y también por otras correspondientes a entidades certificadoras del sello Welfair, una distinción que acredita la excelencia en materia de bienestar animal. Esta fue creada por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), empresa pública del Gobierno catalán, en colaboración con el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (Neiker), y evalúa cuatro principios básicos del ámbito: buena alimentación, buen alojamiento, buen estado de salud y un comportamiento propio de la naturaleza de cada especie, incluyendo un correcto estado emocional.

Se trata de una marca que lleva años de trabajo científico detrás y que está destinada a los consumidores, pues tiene en cuenta la creciente demanda de productos elaborados bajo criterios éticos y de desarrollo sostenible que se ha generado en los últimos años y en el mayor interés que existe por conocer los sistemas de producción y las condiciones en las que viven los animales en estos lugares. "Entre granjas y mataderos, tenemos más de 40.000 certificaciones. Para nosotros ha sido una sorpresa muy agradable, pues significa que la gente es cada vez más consciente de la importancia del bienestar animal, ya que hay una demanda de todas las partes implicadas. Que hayamos ido aumentado cada año el número de operadoras que cuentan con el sello es un reflejo de que se trata de un 'item' que preocupa", expone Carles Rosell, director del área de Producción Animal y Sostenibilidad del IRTA.

Desde el Gobierno de Aragón, por su parte, señalan que realizan anualmente entre 200 y 300 controles destinados al bienestar animal en las explotaciones ganaderas. "Se sancionan pocas, apenas el 0,5%, porque la presión de las inspecciones es muy fuerte. Además, el ganadero actualmente valora mucho este tema, pues se han dado cuenta de que cuando hay bienestar animal los números productivos son mejores", explica Enrique Novales, director general de Calidad y Seguridad Alimentaria del Ejecutivo autonómico.

Asimismo, Novales hace hincapié en que muchas de las explotaciones cuentan con estándares que van "más allá" de lo que marca la normativa -en relación a los sellos de calidad-, y en la sensibilidad creciente que existe entre los productores a este respecto, conscientes de que el consumidor "está yendo en esa dirección".

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