Ningún país en el mundo ha logrado la paridad real entre hombres y mujeres. Según el World Economic Forum (2020), Islandia es, con diferencia, el que más se acerca, con un 82%. Pero, ¿por qué ocurre esto? La principal razón que esgrimen los expertos guarda relación con las condiciones de precariedad laboral que sufren muchas mujeres y que lleva aparejada una pobreza socioeconómica y cientos de problemas a la hora de acceder a los servicios básicos.

En los últimos años, en los países desarrollados, entre los que se incluye España, se ha avanzado en materia de leyes que regulan los derechos de las mujeres, pero todavía queda mucho por avanzar en diferentes campos.

Trabajo

En España, el Estatuto de los Trabajadores prohibe discriminar salarialmente a dos personas de distinto sexo que desempeñan la misma función. A pesar de esta norma, la realidad demuestra, día a día, que, de media, los hombres cobran más que las mujeres. Esto puede deberse, entre otros factores, a la menor presencia de las mujeres en los puestos directivos, a la antigüedad o al freno que la maternidad supone en las carreras profesionales, factor al que hay que añadir el desigual reparto entre hombres y mujeres en materia de conciliación. En 2019, en España las mujeres ocupaban el 30% de los puestos de dirección, dos puntos por encima de la media europea, pero muy lejos aún de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Además, el 74% de los contratos a tiempo parcial pertenecían a féminas, frente al 26% que se correspondía con la población masculina.

Sueldos

En la Unión Europea, y según estudios recientes, las mujeres ganan de media un 16% menos que los hombres, por hora. Esto supone que trabajan gratis durante dos meses al año. Una brecha salarial que aumenta conforme se van cumpliendo años. De esta manera, por debajo de los 25 años, la diferencia se sitúa en un 7,5% mientras que para las mujeres mayores de 64 asciende a un 44,9%.

Conciliación familiar

Los cuidados familiares y las tareas domésticas siguen siendo el factor que condiciona el desarrollo social, económico y personal de muchas mujeres. De hecho, según un informe de 2020 de Oxfam Intermón, ellas dedican 12,5 millones de horas al día a los cuidados y las tareas domésticas, lo que supone tres cuartas partes del total de este trabajo no remunerado. En el caso concreto de la Unión Europea, las mujeres pasan una media de 13 horas semanales haciendo las tareas domésticas y 23 cuidando de niños y personas mayores, tareas en las que los hombres únicamente invierten 5 horas.

Estudios

Según el INE, en 2018, un 53,6% de la población graduada en educación superior fueron mujeres. La mayoría cursaron estudios relacionados con el mundo de los negocios, la administración y el derecho; y una minoría lo hizo en tecnologías relacionadas con la información y comunicación, así como en el terreno de la agricultura, silvicultura, pesca y veterinaria. Otros datos del European Institute for Gender Equality, tomados en 2020, reflejan que la mayoría de los graduados en educación secundaria, licenciaturas y másteres en la UE son mujeres, aunque luego esto no se corresponde con sus puestos de trabajo.

Poder político

Clara Campoamor creó, durante la Segunda República Española, la Unión Republicana Femenina y fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, que se incluyó en la Constitución republicana de 1931 y fue ejercido por primera vez en las elecciones de 1933.

Con el paso de los años la situación ha cambiado y, tras las elecciones autonómicas de 26 de mayo de 2019, el porcentaje medio de mujeres en el conjunto de parlamentos autonómicos era del 46,2%. Actualmente, por primera vez, todas las Comunidades Autónomas cuentan con una participación de mujeres en sus parlamentos superior al 40%, según datos recogidos en el informe ‘Mujeres y Hombres en España’, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, en colaboración con el Instituto de la Mujer.

Cultura

Según se recoge en el ‘Estudio Mujer Rural. Red Española de Desarrollo Rural 2021’, el empleo de las mujeres en temas relacionados con el mundo de la cultura se sitúa en un 39,1%, frente al 45,5% del conjunto total de la economía española.

Si tenemos en cuenta aspectos concretos, como, por ejemplo la producción de largometrajes, solo uno de cada cuatro es realizado por mujeres en el ámbito de la dirección o guión. Otro informe de WomenNow (2020) recoge que el 80% de las instituciones culturales estaban dirigidas por hombres. En el caso de la Real Academia Española, únicamente once mujeres han logrado ser académicas desde sus orígenes. Y en el Nobel de Literatura, solo 16 mujeres lo han recibido frente al centenar de hombres que lo tienen en sus vitrinas.

Investigación

El ‘Estudio sobre la situación de las mujeres en carreras científicas en España’, elaborado por el Ministerio de Ciencia, muestra el gradual abandono por parte de las mujeres del desempeño de sus tareas investigadoras en carreras científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas. Cifras que indican que las jóvenes de menos de 25 años ocupan el 57% de los puestos en los organismos públicos de investigación, mientras que diez años después son menos de la mitad (48%) y solo son el 29% con más de 65 años.

Techo de cristal

Aunque las mujeres cuentan con un mayor indice de estudios superiores, la tasa de empleabilidad es mucho menor. Este dato es resultado, según los expertos, del conocido como ‘techo de cristal’, que indica que muchas mujeres, a pesar de contar con gran formación, no disponen de las mismas oportunidades para acceder a empleos que van en consonancia con sus estudios.

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