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Lipoma, apendicitis y hemorroides: Quirónsalud responde a los lectores

Los doctores de la unidad de Cirugía General y del Aparato Digestivo han contestado a las dudas recibidas en Heraldo.es.

El doctor Joaquín Navarro, especialista del hospital Quirónsalud, responde a las dudas enviadas por los lectores de Heraldo.es.
Los especialistas del hospital Quirónsalud responden a las dudas enviadas por los lectores de Heraldo.es.
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Cada vez es más frecuente acudir a internet para resolver las dudas relacionadas con la salud. Pero, debido a la gran cantidad de información que contiene la red, es posible que no siempre se dé con la solución más apropiada. Para dar respuesta a las consultas de los lectores, los doctores Guillermo Pola, Marta Gutiérrez y Eloísa Villarreal, miembros de la unidad de Cirugía General y del Aparato Digestivo del hospital Quirónsalud, en Zaragoza, han contestado a las preguntas recibidas en el consultorio médico de Heraldo.es.

Para un diagnóstico más concreto, los expertos recomiendan la visita a un médico. 

Apendicitis

Pregunta del lector: Mis dos padres están operados de apendicitis. ¿Es hereditario? ¿Qué probabilidades tengo de que me dé un ataque?

Respuesta del doctor Guillermo Pola: La apendicitis aguda (o inflamación del apéndice vermiforme del colon) representa una de las causas mas frecuentes de cirugía abdominal urgente en todo el mundo. Su incidencia es de 233 casos cada 100.000 habitantes por año, algo mayor en hombres que en mujeres (en proporción de 4:1), ocurriendo sobre todo en la 2ª y 3ª década de la vida.

Con relativa frecuencia los cirujanos encontramos casos de familias en las que varios miembros han sido intervenidos de apendicitis aguda. Esto podría explicarse por la elevada incidencia de apendicitis en la población: por un factor estadístico podrían aparecer varios casos en la misma familia, ya que es una patología muy frecuente.

Pero ¿existe algún factor hereditario que pueda explicar que varios miembros de una familia puedan sufrir apendicitis? Los últimos estudios poblacionales publicados al respecto, sugieren que los individuos con historia familiar de apendicitis aguda pueden tener un riesgo incrementado de padecerla. Esto podría explicarse por factores genéticos y ambientales (estilo de vida, dieta…) compartidos por los miembros de una misma familia.

Se estima que la probabilidad de padecer una apendicitis aguda a lo largo de la vida es de 8,6 % en varones y 6,7% en mujeres. Este riesgo podría incrementarse en pacientes con historia familiar de apendicitis aguda de una forma variable, dependiendo de la edad del paciente, el número de familiares afectados y le parentesco con los mismos. Cuanto mayor es el numero de familiares afectados y más cercana la relación de parentesco, mayor es el riesgo estimado de sufrir una apendicitis. No obstante, estos datos han de ser interpretados con cautela, tanto por la calidad de los estudios publicados al respecto como por la elevada incidencia de apendicitis aguda en la población general. Estos factores pueden hacernos sobrestimar el impacto de los factores genéticos y familiares en el riesgo poblacional de apendicitis aguda.

Lipoma

Pregunta del lector: Me ha salido un bulto en la zona del abdomen. Mi médico me ha confirmado que es un lipoma, nada grave, pero quiero saber si debería operarme para quitármelo porque no sé si este puede seguir creciendo. ¿Qué riesgos tendría esta cirugía?, ¿podría volverme a salir?

Respuesta de la doctora Marta Gutiérrez: Un lipoma es una lesión tumoral blanda, benigna y habitualmente de localización subcutánea (bajo la piel), formada a partir de una proliferación de células adiposas procedentes del tejido graso. Menos frecuentemente la localización es más profunda. Los lipomas pueden aumentar de tamaño con el tiempo, aunque generalmente son de crecimiento lento. Raramente son causa de dolor.

Habitualmente indicamos la cirugía cuando la lesión produce molestias debido a su gran tamaño o por estar localizado en zonas de apoyo. También cuando al paciente le produce una preocupación estética y fundamentalmente cuando hay dudas diagnósticas y no podemos descartar que se trate de otro tipo de tumor. La mayoría de las veces podemos realizar la extirpación con anestesia local a través de una pequeña incisión en función del tamaño de la lesión.

Se trata de una cirugía con muy pocos riesgos postoperatorios, sin embargo, cuando son muy grandes puede producirse hematomas o un acumulo de líquido claro en el espacio que ocupaba antes la lesión, que se tratarían en la consulta de cirugía de forma ambulatoria. El tratamiento quirúrgico es definitivo siempre y cuando se realice la extirpación completa de la lesión, ocasionalmente tienen ramificaciones que pueden dificultar su retirada aumentado el riesgo de que puedan crecer nuevamente, por lo que nosotros siempre realizamos una cirugía meticulosa asegurándonos de que no queda ninguna de esas ramificaciones.

Hemorroides

Pregunta del lector: Buenas tardes, doctor. He dado recientemente a luz y me ha salido una hemorroide. Cuando voy al baño, siento dolor y ardor y sangro bastante. ¿Se puede operar o tengo que esperar a que desaparezca?

Respuesta de la doctora Eloísa Villarreal: En primer lugar habría que confirmar el diagnóstico. En el embarazo y parto la patología anal más frecuente es la hemorroidal, pero también pueden presentarse otras de clínica similar como la fisura anal. Para diferenciarlas habría que tener otros datos importantes, como el tiempo de evolución, cómo son los episodios de dolor y las características del sangrado. También en este caso sería fundamental una exploración que se realiza en consulta y que no es dolorosa.

Dos de las patologías anales más frecuentes son las hemorroides y la fisura anal. Tienen síntomas parecidos, pero el dolor intenso en las deposiciones es más característico en la fisura anal, y suele prolongarse más en el tiempo. No así en las hemorroides, que suelen presentarse en episodios de varios días de evolución.

Vamos a explicar en qué consiste la patología hemorroidal y su tratamiento. En la zona anal hay unas almohadillas compuestas de mucosa y estructuras vasculares. En algunas ocasiones estas estructuras pueden inflamarse y deslizarse hacia abajo, lo que puede provocar engrosamiento, prolapso, congestión de los paquetes y sangrado, siendo esto a lo que llamamos hemorroides.

Puede ocurrir a cualquier edad. Hay un pico de incidencia entre los 45 y 65 años, aunque más del 50% de la población tendrá algún síntoma a lo largo de su vida. El estreñimiento es el factor predisponente más frecuente, aunque la diarrea también puede precipitar episodios de complicación hemorroidal. Otra de las causas de aparición o agravamiento de las hemorroides es el embarazo, como consecuencia de la presión abdominal que conlleva una dificultad del retorno venoso y el trabajo de expulsión del parto. Si el paquete hemorroidal engrosado está en la zona interna del ano, lo denominamos hemorroide interna y al engrosamiento que se produce en el borde más externo anal, hemorroide externa.

Los principales síntomas que pueden producir son:

-Sangrado (rectorragia): generalmente de sangre roja viva que mancha el papel higiénico o que riega la deposición. Es el síntoma más frecuente. No tiene por qué asociarse a dolor. Si hay sangrado y dolor, lo más probable es que la hemorroide esté inflamada y/o trombosada. No se considera una urgencia ni una causa de tratamiento de las hemorroides, salvo en algunas ocasiones en las que puede producir anemia crónica, siendo esto excepcional o cuando se convierte en algo incómodo para el paciente en el día a día.

-Prolapso: es el segundo síntoma en orden de frecuencia. Las almohadillas engrosadas se deslizan, saliendo a través del ano, aparece en primera instancia con la evacuación y puede ir agravándose hasta hacerse permanente e irreductible. Las hemorroides pueden presentar otros síntomas aunque no haya prolapso, y de igual forma puede haber prolapso sin que haya otras complicaciones.

-Trombosis: es la causa más frecuente de consulta en la urgencia en relación a las hemorroides. Ocurre cuando los paquetes hemorroidales se inflaman por diversos motivos, estreñimiento, diarreas, prolapso mantenido, en algunos pacientes las comidas picantes… Al inflamarse, la sangre de los paquetes vasculares hemorroidales puede coagularse, creando un trombo de color azulado dentro del paquete hemorroidal complicado.

Otros síntomas son el prúrito (picor), tenesmo (Sensación continua de necesidad de defecación) y ensuciamiento, que suele estar en relación al grado de prolapso.

Vamos a explicar las medidas básicas para el tratamiento del caso más frecuentemente visto en la urgencia. Episodio de dolor anal, de varios días de evolución, puede haber sangrado o no. Generalmente se nota uno o más bultos en la zona anal, que suelen estar inflamados y duros y son extremadamente dolorosos, dificultando la deposición por dolor intenso. Hay que tener en cuenta que puede haber inflamación y/o trombosis de algún paquete hemorroidal interno no prolapsado y que no se evidencie ningún bulto externamente. Estamos presentando un caso de trombosis hemorroidal, con inflamación de los paquetes.

Lo primero que hay que hacer es valorar si hay trombo bien formado, de manera que en ocasiones podemos extraerlo mediante una pequeña incisión en la misma sala de urgencias. No es un procedimiento especialmente doloroso y sí que puede aliviar rápidamente el dolor. Es verdad que en la mayoría de los casos encontramos una trombosis que aun no está bien establecida y entonces iniciamos directamente tratamiento médico.

Otro factor fundamental en la resolución de una hemorroide complicada es la reducción (reintroducción) hemorroidal cuando se evidencia una hemorroide interna prolapsada. Dado que con el dolor la musculatura anal circular tiende a contraerse y contracturarse, estrangulando el paquete hemorroidal externalizado a través de ella, de manera que la hemorroide irá inflamándose cada vez más si no lo reintroducimos en el canal anal. El tratamiento médico consiste en varias medidas sencillas que suelen resolver progresivamente el episodio de dolor hemorroidal en 3-4 días.

-Baños de asiento con agua templada (más bien caliente): La contractura de los músculos anales circulares dificulta el retorno venoso y va a propiciar el estrangulamiento de la mucosa hemorroidal si hay un prolapso. Como en cualquier contractura muscular, lo adecuado es aplicar calor, la mejor manera de hacerlo en esta zona anatómica es en la ducha o en el bidet, durante un rato, 3 veces al día y después de cada deposición para aliviar el dolor.

-Dieta rica en agua, fruta y verdura, para evitar el estreñimiento.

-Laxante: en la patología anal los más adecuados son los que contiene parafina líquida.

-Analgésicos y antiinflamatorios. Una posible pauta es Ibuprofeno 600 mgr cada 8 horas alternando con Paracetamol 1 gramo cada 8 horas. Con la precaución de tomar un protector gástrico en el caso de paciente con antecedentes de patología gástrica. Si los síntomas no mejoran en 3-4 días o se presenta un empeoramiento lo mas adecuado es consultar de nuevo con el especialista.

El tratamiento definitivo de las hemorroides está indicado en determinados casos y según las molestias crónicas que presente el paciente. Hay diversas técnicas que se podrán aplicar según las características de las hemorroides a tratar. El tratamiento clásico es el quirúrgico, en el que se realiza extirpación del tejido hemorroidal mediante electrocoagulación o láser. En la actualidad existen alternativas menos dolorosas e igualmente efectivas en casos seleccionados, como la Radiofrecuencia, que se aplica mediante punción con una aguja en la hemorroide, destruyéndola, bajo simple sedación y anestesia local y de forma ambulatoria. Al no existir herida se evita el dolor.

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