Con la mirada puesta en el futuro próximo y muchos, pero que muchos, planes de desarrollo y de mejora, Stellantis Zaragoza sabe que lo que está venir es fruto del trabajo y el esfuerzo de todos y cada uno de sus empleados y empleadas, que remaron a una cuando en 2020 estalló una pandemia sanitaria que, de un día a otro, lo paralizó todo.

El 16 de marzo de 2020 la planta de Figueruelas cerró sus puertas debido al aumento de contagios por coronavirus, como hicieron tantas otras empresas, sin saber muy qué era lo que estaba por llegar. El teletrabajo, en este caso, no produce automóviles y las prensas y líneas de producción se pararon en seco. Los trabajadores y trabajadoras marcharon a sus casas, esperando con incertidumbre el momento de volver al trabajo.

Más de un mes después, el grupo decidió reanudar la actividad en la planta de Zaragoza, aunque a medio gas. Los ERTES, los paros y las medidas de seguridad frenaron el ritmo de producción al que habitualmente la fábrica había estado acostumbrada, aunque en octubre de ese mismo año ya se habían recuperado los niveles anteriores a la Covid-19 e incluso se incorporó un segundo equipo en el turno de noche.

Entre las medidas para prevenir contagios, que la empresa cumplió con todas las previstas y repartió mascarillas entre todos sus trabajadores, tratando además de mantener la distancia social entre ellos durante la producción. Finalmente, en mayo de este año se dejaron de usar las mascarillas en la planta, a excepción de en los autobuses y en el centro médico.

Pese a las dificultades y los estragos de la crisis sanitaria, Stellantis consiguió cerrar el año con beneficios. Para reconocer el trabajo y el esfuerzo de todos los empleados, se repartieron bonus extra de 500 euros entre todos ellos. Y es que la plantilla de Figueruelas siempre ha sido el motor de esta planta.

El 2021, entre crisis y crisis

Tras haber superado el primer impacto de la pandemia y haber salido, en cierto modo, victoriosos, ahora tocaba enfrentarse a la segunda crisis que afectó al sector de la automoción en España: la crisis de los semiconductores. El 2021 tampoco fue un año sencillo, pero a Stellantis no hay tarea que le quede grande.

Durante el año pasado, el grupo lanzó más de diez nuevos modelos de vehículos: los dos Citroën C4, el Fiat Pulse, el DS 4, el Jeep Grand Cherokee y Wagoneer, el Maserati MC20, el nuevo Opel Mokka, el Opel Rocks-e y el Peugeot 308. Las ventas mundiales crecieron un 160% en comparación con 2020 y el beneficio a cierre del año llegó a los 13.400 millones de euros. Una vez más, Stellantis no se olvidó de su plantilla y repartió a finales de 2021 un total de 1.900 millones de euros de esos beneficios entre los trabajadores y trabajadoras de todo el grupo.

Los fallos en los suministros marcaron el inicio del 2022 y, entre paros y reanudaciones, Stellantis siguió remando contra viento y marea, apareciendo en las listas de los más vendidos con varias de sus marcas entre las más buscadas. Pese a los meses duros que también ha vivido la planta en este año, el CEO de Stellantis, Carlos Tavares, ha hablado con optimismo de una situación que afecta al sector de la automoción por igual.

Un nuevo año lleno de posibilidades

De hecho, Tavares fija el próximo 2023 como el año en el que todo se resuelva. Y Stellantis Zaragoza va a entrar en este nuevo año con buen pie, con una trayectoria de 40 años consolidada y con muchos proyectos por delante. Entre ellos, la fabricación de nuevos modelos eléctricos gracias al apoyo del PERTE-VEC del Gobierno para el Proyecto TESIS y la construcción de una macroestructura de autoabastecimiento energético formada por instalaciones fotovoltaicas y aerogeneradores.

El cuarenta cumpleaños de la histórica Opel de Figueruelas llega en un momento de cambio y de evolución, de viraje hacia la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico, siempre apoyándose en la plantilla, en los trabajadores que nunca fallan y en los resultados, que confirman que ya pueden venir pandemias y crisis que Stellantis, el cuarto fabricante de vehículos más grande del mundo, no se rinde.