día mundial del medioambiente

Permafrost descongelado, mares en aumento

La descomposición de esta zona de la corteza terrestre hace que haya subido en los últimos años el nivel del agua con consecuencias para el hombre, la flora, la fauna y el paisaje.

El deshielo del permafrost va de la mano del cambio climático.
El deshielo del permafrost va de la mano del cambio climático.
Pixabay

La imagen del ministro de Justicia de Tuvalu, Simon Kofe, en su intervención durante la conferencia sobre el clima de la ONU, la COP-26, en noviembre de 2021 no deja lugar a dudas sobre una de las consecuencias del cambio climático. Kofe pronunció su discurso, desde su país, con el agua del mar hasta las rodillas. El aumento del nivel del mar hace que esta pequeña nación integrada dentro de la Polinesia, en Oceanía, se esté hundiendo. La situación se repite en otras islas del Océano Pacífico como Kiribati y Fiyi, en las que han tenido que desplazar ciudades enteras hacia el interior mientras las aldeas sucumbían lentamente a la subida del agua que las rodeaba.

Casos que se explican por la situación en la que se encuentra el permafrost de la tierra, capa de subsuelo de la corteza terrestre que se encuentra congelada de manera permanente y que, fruto del cambio climático, se está derritiendo. Se concentra principalmente en la región del Ártico, en particular en partes de Rusia (Siberia), Estados Unidos (Alaska), Canadá y Dinamarca (Groenlandia), pero su descongelación afecta a todo el planeta.

El calentamiento global que se deriva del deshielo del permafrost ha supuesto la formación del cráter de Batagaika

Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), a causa de la subida anual de la temperatura global en 0,12ºC, esta capa de hielo congelado está perdiendo el 40% de su espesor. El principal problema es que las reservas de CO2 acumuladas bajo el permafrost salgan a la superficie con lo que conlleva.

Consecuencias

Este proceso de descongelación que está sufriendo el permafrost terrestre y la consiguiente inundación de algunas zonas del mundo tiene efectos nocivos tanto para el ser humano como para el paisaje. Más allá de la liberación de gases de efecto invernadero que acelera el calentamiento global, la descomposición de esta capa del subsuelo puede sacar a la luz virus y bacterias con hasta 400.000 años de antigüedad.

Los ecosistemas y la biodiversidad también sufren con este fenómeno. El deshielo provoca que la flora que hay en la tundra ártica desaparezca y las especies animales no tengan alimento con el que subsistir.

El hielo actúa como cemento del permafrost. Al descomponerse, esta capa terrestre puede moverse con consecuencias para los territorios asentados sobre él. Rusia, país cuya superficie está principalmente situada sobre ella, tiene un claro ejemplo de la transformación que está sufriendo el planeta en la formación ligada al calentamiento global del cráter de Batagaika.

REALIZADO POR AML
Este contenido ha sido elaborado por Aragón Media Lab, unidad Branded Content de Henneo.

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