No todos los productos son fáciles de reciclar

Acertar a la hora de separar los residuos para introducirlos en el contenedor adecuado es la clave para que el trabajo de todas las personas que, día a día, se esfuerzan por reciclar no caiga en saco roto. Sin embargo, hay materiales comunes que ponen a prueba a las familias, generándoles dudas de cuál es el lugar adecuado para darles una segunda.

Aceite

Si nos deshacemos mal del aceite, su grasa llega hasta los mares y ríos afectando a los seres vivos, por lo que no es conveniente tirarla por el fregadero (a pesar de que esta práctica aún es muy común). Lo mejor es llevar el aceite usado a un punto limpio o a los contenedores exclusivos para este líquido que se empiezan a popularizar en las ciudades.

Bombillas y cápsulas

También se deben llevar hasta un punto limpio las bombillas, aunque, antes de reciclarlas podemos reutilizarlas como elementos de decoración. Lo mismo ocurre con las cápsulas de café, que se pueden transformar en cuentas para collares o pulseras. En caso de que no se les quiera dar un segundo uso, deberán ir a los puntos de recogida indicados (hay en algunos supermercados y puntos limpios).

Medicamentos

Son un artículo muy habitual, pero una vez que los medicamentos han cumplido con su función generan grandes quebraderos de cabeza. La vía correcta de retirarlos de la circulación de forma sostenible es llevarlos hasta los contenedores que las farmacias ponen a disposición de los ciudadanos para este uso.

Chicles

Mascar chicle es una acción común. También lo es tirarlo a la basura orgánica, generando un residuo que se podría reciclar y convertir en suelas de zapato si se depositase en los contenedores específicos para ellos.

Juguetes

Cuando un juguete se rompe, la opción más común en las familias suele ser echarlos al contenedor amarillo. Esto es un error, ya que no son envases. Por ello, se deben llevar a un punto limpio o, si están en buen estado, darles una segunda vida, donándolo a alguna organización benéfica.

Pilas

Muchos de los aparatos electrónicos que se tiene en los domicilios utilizan pilas para funcionar. Una vez que se agotan, no se pueden tirar en ninguno de los contenedores comunes de reciclaje, ya que contienen sustancias que son perjudiciales para el medioambiente. Se deben depositar en los envases habilitados para su reciclaje.