Llega la temporada de piscina: evitar el desperdicio sin renunciar al chapuzón

 En un verano en el que cobra más importancia que nunca el ahorro de agua y el control del consumo de la misma, recogemos algunos consejos para poder disfrutar de un buen baño.

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El verano está a la vuelta de la esquina y, con él, las largas jornadas en torno a la piscina como mejor aliado para huir de las altas temperaturas. No obstante, la falta de precipitaciones y la amenaza de sequía han puesto el foco en estas instalaciones, e, incluso, hay localidades que ya han prohibido el llenado de las piscinas privadas con agua de la red de abastecimiento en todo el término municipal. En los próximos meses, toca ser más responsable que nunca con el consumo de agua y aplicar ciertas medidas que permitan disfrutar de las ventajas de un chapuzón sin despilfarrar ni una gota.

Una de las primeras cuestiones a tener en cuenta para evitar un consumo elevado es el llenado y vaciado de la piscina: conviene dejar unos centímetros vacíos, para que no desborde en cada salto y, por tanto, se pierda agua en cada baño. Igualmente, es más recomendable dejar la piscina llena durante todo el año, no solo por el ahorro sino también por un mejor mantenimiento del sistema y estructura de la piscina. Fuera de la temporada de baño, se debe cubrir con una lona que evite que caiga suciedad dentro y recurrir a productos químicos concretos, conocidos como invernadores, que mantienen el agua limpia durante los meses más fríos y evitan la proliferación de algas y bacterias y la formación de sedimentos calcáreos.

Toca ser responsable y aplicar ciertas medidas que permitan disfrutar de un chapuzón sin despilfarrar ni una gota

Durante el verano, también se debe colocar una cubierta isotérmica durante la noche o los días que no se use, ya que así se reduce la evaporación del agua por el calor y la pérdida de la misma.

Con respecto al tratamiento, es importante mantener el nivel de pH (medida que indica la acidez o la alcalinidad del agua) entre 7,2 y 8. El cloro suele ser la opción más recurrente, aunque existen otras alternativas, como el oxígeno activo, más respetuoso con el entorno y que no provoca irritación en la piel o en los ojos; o la desinfección salina, que aplicada de forma eficaz permite que el mismo agua pueda utilizarse hasta tres o cuatro años sin necesidad de renovarla cada temporada.

limpieza y fugas Tan importante como mantener el agua limpia es conservar en perfectas condiciones el sistema de la piscina. Un limpiafondos automático puede contribuir a reducir hasta en un 20% el consumo de agua. Igualmente, hay que revisar y limpiar periódicamente filtros, ‘skimmers’ y todos los elementos que componen la depuradora. Y, por supuesto, prestar atención a las posibles fugas en todo el sistema: tan solo la pérdida de una gota por segundo puede provocar la pérdida de 1.500 litros de agua al año.

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Calidad del agua: qué aspectos hay que revisar

El departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón cuenta con un protocolo específico para el control del agua en piscinas de comunidades de vecinos, casas rurales o similares.

Para disfrutar de un baño refrescante este verano es importante que el agua se encuentre en condiciones óptimas. Existe una normativa que atiende a esta cuestión, tanto para las instalaciones de uso público como privado. En el caso de las piscinas al aire libre de comunidades de propietarios con un número de viviendas superior a 40, las de casas rurales o de agroturismo y las de colegios mayores o similares –denominadas de tipo 3A–, el departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón establece, de acuerdo al Decreto 50/1993, de 19 de mayo, de la Diputación General de Aragón y al RD 742/2013, de 27 de septiembre, un control de calidad en el agua de los vasos de acuerdo a ciertos parámetros.

La revisión debe realizarse, al menos, dos veces al día, en el momento de la apertura de la piscina y en el de máxima concurrencia. El pH debe situarse entre 7,2 y 8,0; el cloro libre residual entre el 0,5 y 2,0 miligramos por litro; y el cloro combinado, por debajo de 0,6 miligramos por litro. También debe controlarse la presencia de otros químicos y sustancias utilizados en el proceso de desinfección del agua, como es el caso del ácido isocianúrico (<75 mg/L), el bromo total (2-5 mg/L), el clorhidrato (<75 mg/L) o el ozono (0 mg/L).

La calidad del agua es clave para disfrutar de un baño seguro y saludable.
La calidad del agua es clave para disfrutar de un baño seguro y saludable.
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Estos indicadores deben comprobarse con un medidor específico, pero, a nivel visual, es importante atender a la transparencia y que el desagüe de fondo sea siempre visible, así como asegurarse de que no haya sólidos en suspensión, espumas, aceites o grasas.

Por otra parte, el ciclo de depuración deberá realizarse según las especificaciones y necesidades de la piscina para cumplir con los parámetros de calidad indicados. En caso de incumplir alguno, debe cerrarse el vaso hasta que estos se estabilicen y normalicen los valores. Igualmente, deberán realizarse las aportaciones diarias de agua nueva para reponer las pérdidas producidas y facilitar el mantenimiento de la calidad del agua requerida.

Cuando se trata de una piscina cubierta, estas instalaciones deben cumplir además con los requisitos especificados en el anexo II del citado Real Decreto. Se trata de dos parámetros que hacen referencia a la calidad del aire: una humedad relativa menor del 65% y una temperatura seca del aire de los locales que entre 1ºC y 2ºC por encima de la del agua del vaso, excepto vasos de hidromasaje y terapéuticos.

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