TRANSFERENCIA DE LA CIENCIA Y LA UNIVERSIDAD A LA EMPRESA

transferencia de la ciencia y la universidad a la empresa

"La transferencia de conocimiento desde los investigadores a las empresas no es conocida"

El Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) es responsable del proyecto ‘Nuevas herramientas para el autocontrol en vivo de residuos de antibióticos en animales de producción'.

En la imagen, a la Izda., Raimundo García-Figueras,, de Ariño Duglass, junto con diferentes miembros del equipo del IA2, con María Jesús Serrano, que posa con la distinción.
En la imagen, a la Izda., Raimundo García-Figueras,, de Ariño Duglass, junto con diferentes miembros del equipo del IA2, con María Jesús Serrano, que posa con la distinción.
Aránzazu Navarro

En determinadas situaciones sanitarias, el uso de antibióticos en la cadena animal es necesario y nadie pone en duda que estos compuestos son imprescindibles. "Sin embargo, su entrada accidental en la cadena alimentaria a través de la carne de animales tratados puede tener graves consecuencias para los consumidores", indica Mª Jesús Serrano, investigadora del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) y responsable del proyecto ‘Nuevas herramientas para el autocontrol en vivo de residuos de antibióticos en animales de producción’, premio Transferencia de la Ciencia y la Universidad a la Empresa.

"A pesar de que los datos actuales de detección de residuos de antibióticos en carne son muy bajos, gracias al buen hacer de los ganaderos y a la vigilancia veterinaria, todos los controles se llevan a cabo tras el sacrificio, cuando ya es demasiado tarde, ya que las canales positivas deben ser destruidas, con el consiguiente impacto económico y medioambiental", explica Serrano, quien asegura que su proyecto Testacos, en colaboración con la empresa Zeulab, "surge de la idea de adelantar este control al animal vivo, a partir de una muestra de sangre, dotando al sector productor cárnico de herramientas para el autocontrol ‘in vivo’ de residuos de antibióticos", explica.

Para ello, han desarrollado dos herramientas, una de amplio espectro, capaz de detectar residuos de cincuenta antibióticos; y otra para la detección de quinolonas. "Estas herramientas nos informan sobre la presencia de residuos de antibióticos en músculo. Es decir, la carne que llegaría a nuestros platos. En caso de detectar un animal positivo, bastaría con prolongar el tiempo de espera requerido para la metabolización de los residuos, evitando sacrificios innecesarios al tiempo que se preserva la salud de los consumidores", añade.

Investigación

Serrano insiste en la importancia de la investigación que se lleva a cabo en las universidades y asegura que "es clave para muchos de los avances que se producen en la sociedad, aunque el papel de la transferencia del conocimiento desde los centros de investigación a las empresas no es, en ocasiones, conocido", afirma.

En ese sentido, asegura que premios como este "visibilizan el papel que los centros de investigación juegan en nuestra vida. Supone un gran estímulo tanto para los investigadores como para la empresa con la que hemos colaborado, ya que ponen en valor el esfuerzo conjunto por la mejora de la salud global y el apoyo al sector agroalimentario".

En la imagen, de Izda. a Dcha, Raimundo García-Figueras, de Ariño Duglass y Miguel Menéndez Sastre.

Miguel Menéndez: "Es un reconocimiento a una trayectoria de colaboración con empresas que se remonta a más de quince años"

La mayoría de las investigaciones que llevan a cabo en el Grupo de Investigación ‘Catálisis, Separaciones Moleculares e Ingeniería de Reactores’ del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza e Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (CSIC-Unizar), que dirige Miguel Menéndez Sastre, tienen que ver con el desarrollo de productos y procesos más sostenibles, motivo por el que han sido seleccionados en una categoría, en la que se premia la transferencia de la ciencia y la universidad a la empresa.
Un reconocimiento a una trayectoria de colaboración con empresas que se remonta a más de quince años, principalmente con Industrias Químicas del Ebro y con Nurel, pero también con otras empresas aragonesas y españolas. "La colaboración de nuestro grupo surge de un conocimiento en materiales catalíticos y membranas, que se puede aprovechar para el desarrollo de otros materiales. Se ha buscado, por ejemplo, desarrollar una sílice precipitada que fuera adecuada para fabricar neumáticos de bajo consumo (los denominados ‘neumáticos verdes’). También se ha aprovechado el conocimiento en materiales porosos y sus interacciones con materiales poliméricos para desarrollar nuevos tejidos de altas prestaciones", explica Menéndez, quien recuerda que trabajan en temas como la economía circular de agua, la obtención de combustibles renovables a partir de CO2 e hidrógeno verde o la producción de hidrógeno azul a partir de gas natural.

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José María Fraile recoge su accésit en compañía de la empresa con la que ha colaborado en la transferencia de conocimiento.

José Mª Fraile; "Hay que tomar conciencia de la importancia de tener unos servicios bien dotados en equipamiento y personal"

Buscar soluciones. Este es el propósito del trabajo que desarrollan en el Servicio de Cromatografia y Espectroscopia ( SeCrEs), dependiente del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea, que dirige José María Fraile, y que puso en marcha el proyecto ‘Fertilizantes más eficientes’, a raíz de detectar una serie de problemas administrativos para la homologación de algunos tipos de fertilizantes.
Un desarrollo que realizó el SeCrEs y luego fue comprobado en otros centros de investigación para "demostrar su robustez y reproducibilidad. Esto permitió solventar problemas y obtener los permisos correspondientes para la comercialización de esos fertilizantes de nueva generación", explica José María Fraile.
Al igual que ocurre en todos los servicios científico-técnicos, aquí también trabajan con muestras de lo más variadas, desde biológicas a fibras artificiales, pasando por todo tipo de mezclas complejas, y abordan problemas muy diversos.
"Más allá de un mero servicio de apoyo, resolvemos problemas que se afrontan tanto con los grupos de investigación como con las empresas", matiza Fraile, quien ahonda en la importancia de este reconocimiento porque "es muy necesario dar visibilidad a esta actividad, para que ayude a tomar conciencia de la importancia de tener unos servicios bien dotados en equipamiento y personal, apostando por técnicos de alto nivel, que sean capaces de resolver problemas y participar en proyectos, y a los que habría que ofrecer una carrera profesional digna".

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