especial alimentos de aragón

La tradición dulce que no falta en las mesas oscenses

En la Navidad de la provincia de Huesca, los postres y la bebida son la parte preferida de sus comidas festivas.

El frío nunca ha supuesto un impedimento para la celebración de la Navidad en el Alto Aragón. Y esque los oscenses tienen sus trucos para sobrellevar la nieve y la niebla a base de comidas calentitas y contundentes y, si muchas de ellas son dulzonas, mejor. Los alimentos de Aragón se convierten en un protagonista más de las reuniones navideñas año sí y año también. Por eso, independientemente de si el menú principal gira en torno a la carne o el pescado, las comidas con los más allegados siempre se acompañan con un buen vino de la Denominación de Origen Somontano, como un cabernet o chardonnay. Desde el Bajo Cinca hasta la Jacetania, los comensales de las mesas oscenses llenan sus estómagos con Ternasco de Aragón o cardo con salsa de almendras o bacalao, como en el Cinca Medio y Los Monegros. También en localidades prepirenaicas son característicos los embutidos propios. En pueblos como Arcusa, disfrutan de las chiretas, tripas de cordero rellenas de arroz, con pulmón y corazón hervidas. También se elabora en Biescas el tripiligates, con los menudillos y patas de cabrito, sangre animal, azafrán, pimentón, piñones, pimienta, patatas y cardo. Pero si algo caracteriza las comilonas de Navidad del Alto Aragón son los postres y las bebidas dulces. afán por el dulce Entrar en calor con un buen vino cocido con frutas, canela y azúcar es la mejor manera de alejarse del frío helador del invierno. Por eso, el poncho nunca falta en las casas de alta montaña , como tampoco lo hace el vino quemado con fruta en la localidad de Somanés. Y, como lo mejor siempre se deja para el final, la tradición gastronomica de la provincia de Huesca en Navidad no puede ser más dulce. Sus postres son el plato fuerte de las festividades. Incluyendo el guirlache, típico en toda la región, muchas localidades oscenses disfrutan de pasteles y empanadones de calabaza, como en Graus, Fonz y Alcalá del Obispo; también de cabello de ángel, como en Valfarta; o de los panillets, pastelillos de almendras y miel, en la Puebla de Castro. El turrón también tiene presencia en los hogares altoaragonesés, siendo en Graus el más reconocido el turrón negro, que se elaboran con almendra entera. Un regusto dulce perfecto para acompañar y bridar en las reuniones de familiares y allegados en esta época del año.
l guirlache es un postre muy típico que no suele faltar en las mesas de las casas oscenses cada Navidad..
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El frío nunca ha supuesto un impedimento para la celebración de la Navidad en el Alto Aragón. Y es que los oscenses tienen sus trucos para sobrellevar la nieve y la niebla a base de comidas calentitas y contundentes y, si muchas de ellas son dulzonas, mejor.

Los alimentos de Aragón se convierten en un protagonista más de las reuniones navideñas año sí y año también. Por eso, independientemente de si el menú principal gira en torno a la carne o el pescado, las comidas con los más allegados siempre se acompañan con un buen vino de la Denominación de Origen Somontano, como un cabernet o chardonnay. Desde el Bajo Cinca hasta la Jacetania, los comensales de las mesas oscenses llenan sus estómagos con Ternasco de Aragón o cardo con salsa de almendras o bacalao, como en el Cinca Medio y Los Monegros.

También en localidades prepirenaicas son característicos los embutidos propios. En pueblos como Arcusa, disfrutan de las chiretas, tripas de cordero rellenas de arroz, con pulmón y corazón hervidas. También se elabora en Biescas el tripiligates, con los menudillos y patas de cabrito, sangre animal, azafrán, pimentón, piñones, pimienta, patatas y cardo. Pero si algo caracteriza las comilonas de Navidad del Alto Aragón son los postres y las bebidas dulces.

Afán por el dulce

Entrar en calor con un buen vino cocido con frutas, canela y azúcar es la mejor manera de alejarse del frío helador del invierno. Por eso, el poncho nunca falta en las casas de alta montaña, como tampoco lo hace el vino quemado con fruta en la localidad de Somanés.

Los empanadones de calabaza y los turrones son los protagonistas de las fiestas navideñas

Y, como lo mejor siempre se deja para el final, la tradición gastronómica de la provincia de Huesca en Navidad no puede ser más dulce. Sus postres son el plato fuerte de las festividades. Incluyendo el guirlache, típico en toda la región, muchas localidades oscenses disfrutan de pasteles y empanadones de calabaza, como en Graus, Fonz y Alcalá del Obispo; también de cabello de ángel, como en Valfarta; o de los panillets, pastelillos de almendras y miel, en la Puebla de Castro.

El turrón también tiene presencia en los hogares altoaragoneses, siendo en Graus el más reconocido el turrón negro, que se elaboran con almendra entera. Un regusto dulce perfecto para acompañar y bridar en las reuniones de familiares y allegados en esta época del año

REALIZADO POR AML
Este contenido ha sido elaborado por Aragón Media Lab, unidad Branded Content de Henneo.

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