La rehabilitación energética, más fácil que nunca

Gracias a los fondos Next Generation de la Unión Europea, se han destinado un total de 3.420 millones de euros al plan de rehabilitación residencial en toda España, lo que significa que son muchas las actuaciones subvencionables en materia de vivienda para conseguir su mejora.

Es por eso este el momento de plantearse las reformas que contribuirán a conseguir un hogar más saludable, más eficiente, más confortable y de menor consumo energético. Precisamente el elevado precio de la electricidad es uno de los motivos por los que la rehabilitación supone una recomendable inversión, ya que representa un importante ahorro en la factura doméstica. Así, con un aislamiento adecuado de la fachada se puede reducir entre un 50% y un 65% el consumo energético de un edificio y la instalación de placas solares podría disminuir en un 40% la factura eléctrica, según datos facilitados por el programa Rehabilita Aragón.

Toda obra nueva conlleva por ley la emisión de su certificado energético, en el cual se refleja una calificación de eficiencia en función de los niveles de consumo y de las emisiones que tienen lugar durante la construcción del inmueble. Actualmente, las promociones inmobiliarias que se lanzan en la Comunidad se adhieren a los criterios de máximo rendimiento, no solo por los obligados requisitos de edificación, cada vez más exigentes en este capítulo, sino porque las viviendas sostenibles y de bajo consumo se han convertido en protagonistas de la demanda. Aumenta así el número de personas que tienen en cuenta estos criterios en su decisión de compra.

Siempre que la calificación energética no alcance el máximo, se pueden introducir mejoras que redunden en el objetivo común del uso eficiente de la energía. Desde Rehabilita Aragón, se asegura que mejorar en una letra el Certificado de Eficiencia Energética puede conllevar un ahorro de hasta 600 euros por vivienda al año. Además, a mayor eficiencia, mayor revalorización del inmueble, lo que garantiza el retorno de la inversión en términos económicos.

Más allá del ahorro

Las ayudas comunitarias contemplan unos ambiciosos objetivos medioambientales hasta el año 2026: reducción de al menos un 30% en el indicador de consumo de energía primaria no renovable; disminución de la demanda energética anual de calefacción y refrigeración y una reducción en la emisión de CO2. La descarbonización del parque de viviendas se convierte en una prioridad para las Administraciones Públicas y las empresas del mercado inmobiliario, puesto que la mejora de la eficiencia y la reducción en la demanda de energía tienen un notable impacto sobre el medioambiente y el consumo de recursos naturales.

Por otro lado, cabe tener en cuenta que el respeto por el entorno influye considerablemente en la salud de las personas. Igual sucede en las viviendas, donde la exposición a temperaturas extremas, una deficiente calidad del aire o la presencia de humedades en las estancias pueden perjudicar el bienestar. También el confort a nivel acústico y lumínico, que intervienen del mismo modo en la salud.