En Aragón, la atención a niños y adolescentes tiene nombre: la Fundación Atención Temprana. Esta fundación con 20 años de experiencia, que presta el servicio de atención temprana de 0 a 6 años financiado por el IASS, atiende permanentemente a más de 1600 usuarios en Aragón. De ellos, un 35% presentan Trastorno del Espectro Autista (TEA) o rasgos compatibles. En 2022 realizaron más de 30.000 intervenciones relacionadas con el autismo.

Esta fundación, referente en nuestra Comunidad, cuenta con una amplia red de centros, dos de ellos en Zaragoza capital y otros 10 en el medio rural, que atienden la demanda de miles de familias en Alcañiz, Borja, Brea de Aragón, Calatayud, Caspe, Cariñena, Ejea de los Caballeros, Tarazona, Utebo y Zuera. "Dar este servicio en el medio rural favorece la conciliación familiar y la inclusión en su entorno" , destaca la nueva gerente, Pilar Castillón.

Todos sus centros están equipados con los medios y materiales más innovadores, tras "la importante renovación llevada a cabo en el último año, incorporando material multisensorial en salas especificas y acondicionando espacios para actividades grupales y de respiro familiar".

Los equipos interdisciplinares de la FAT están formados por 130 profesionales, destacando los psicólogos, logopedas psicomotricistas, fisioterapeutas, trabajadoras sociales, un médico rehabilitador y una neurofisióloga.

El autismo en la infancia

Sus psicólogos cuentan con amplia experiencia y están en constante formación y actualización, atendiendo las particularidades y dificultades especificas del autismo de manera individualizada, facilitando la vinculación, la interacción y el lazo social.

Los fisioterapeutas intervienen ayudando a reducir las dificultades motoras y a favorecer la organización del esquema corporal. Los fisioterapeutas especializados en terapia acuática realizan intervenciones en la piscina, favoreciendo el desarrollo sensorial y la socialización.

Desde la logopedia trabajan para facilitar el acceso al lenguaje, la comunicación y la interacción social, "tan importante para estos menores como para sus familias", señala Pilar Castillón.

Esta especialización de sus profesionales permite una detección temprana de los primeros indicadores de riesgo desde los 12 meses de vida, así como un abordaje terapéutico con los niños y sus familias.

Realizan actividades de ocio, siempre acompañados por profesionales cualificados, como en la terapia asistida con caballos. "Estamos ampliando los servicios de respiro familiar y de ocio, entendiendo que esta es una de las dificultades con las que se encuentran las familias según sus hijos van creciendo", afirma Pilar Castillón, quien recalca que coordinan "caso a caso con los centros educativos, facilitando la integración en las aulas. La unión del trabajo pedagógico con la intervención clínica tiene efectos muy positivos".

Su trabajo en red con los recursos sanitarios, educativos y sociales en todas las áreas de influencia de sus centros resulta fundamental para la detección, prevención e intervención a tiempo.

Pilar Castillón concluye resaltando los grupos de apoyo escolar, donde abordan "las dificultades en los aprendizajes y las vinculadas a la falta de motivación o la frustración".