Tercer Milenio

En colaboración con ITA

VII PREMIOS TERCER MILENIO / divulgación en aragón

"La divulgación es el llamamiento a la vocación científica y crea referentes para los jóvenes"

El proyecto que recupera la figura de María Andresa Casamayor de la Coma, primera mujer en escribir un libro de ciencia en España, obtuvo el premio 'Divulgación en Aragón'.

Rosa Bolea, vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza (izda), junto al equipo investigador premiado y Paloma de Yarza (dcha.), presidenta de HERALDO.
Rosa Bolea, vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza (izda), junto al equipo investigador premiado y Paloma de Yarza (dcha.), presidenta de HERALDO.
Francisco Jiménez

Han sido necesarios casi 300 años para que la zaragozana María Andresa Casamayor de la Coma, primera mujer en publicar un libro sobre ciencia en España, tuviera el reconocimiento que merece. ‘Tyrocinio aritmético. Instrucción de las quatro reglas llanas’ era el nombre de su obra, un manual matemático que escribió con tan solo 17 años y que publicó bajo el pseudónimo Casandro Mamés de la Marca y Arioa, pues allá por el año 1738 no se contemplaba que una mujer pudiese escribir sobre ciencia y, mucho menos, publicara su trabajo.

"Todo comenzó con la llamada de Mirella Abrisqueta, quien iba a rodar un documental acerca de este personaje y contaba con muy poca información. Contactó con el Instituto para encontrar más datos acerca de su vida, porque más allá del libro, mencionado en otra obra de Félix Latassa, se sabía muy poco de ella", explica Pedro José Miana desde el Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones de la Universidad de Zaragoza. Junto a Julio Bernués y Raquel Villacampa, los tres investigadores descubrieron su fecha de nacimiento, la casa donde vivía, "y que nunca se casó, ni tuvo hijos ni entró en un convento. Era una mujer liberal, muy inusual en la época, que había sido maestra de niños y vivió siempre de su trabajo", relata el investigador.

Tras el documental, se reeditó el libro, con comentarios y aportaciones de historiadores y científicos, se impulsó un ciclo de conferencias y el 30 de noviembre de 2020 se editó un sello conmemorativos dentro de las serie ‘Mujeres en la ciencia’. "El balance es muy positivo, porque hemos rescatado a una mujer muy importante de la ciencia en España. Ahora aparece en Wikipedia, en la Real Academia de Historia, en cantidad de artículos científicos e incluso se publicó una biografía suya en la revista ‘Pronto’ y se planteó una pregunta sobre ella en el concurso televisivo ‘Boom’, de Antena 3. Que María Andresa ya forme parte de la cultura popular es un logro muy importante", apunta Miana.

"A título personal, considero que la labor divulgativa es fundamental para la investigación, porque devolvemos a la sociedad todo ese conocimiento que hemos generado gracias a la financiación pública. Además, es un llamamiento a la vocación científica. En este caso, que una mujer como Andresa se dedicase a las matemáticas puede hacer que una niña que esté dudando se decida por la ciencia, porque existe un referente. La divulgación contribuye a que haya un relevo generacional en la ciencia", señala Miana.

"El premio pone un broche de oro a todo este trabajo. Desde el instituto del que formo parte, este galardón nos enorgullece y nos parece un reconocimiento muy bonito que da valor a esa tarea divulgativa", concluye.

Accésit. Bacterfield!: "Lo lúdico hace que se interioricen mejor los conceptos"

Rosa Bolea (a la izda.), de la Universidad de Zaragoza, entregó el accésit a las investigadoras Elena Atrián e Isabel Franco.
Rosa Bolea (a la izda.), de la Universidad de Zaragoza, entregó el accésit a las investigadoras Elena Atrián e Isabel Franco.
Francisco Jiménez

"Decidimos darle la vuelta a la divulgación y que además de una parte didáctica también tuviese una lúdica, porque así se interiorizan mejor los conceptos. Si lees un texto lo olvidas con más rapidez que si estás implicado en una dinámica de juego, aún cuando no tienes un especial interés por la ciencia". Con esta reflexión, Elena Atrián e Isabel Franco, investigadoras del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, decidieron poner en marcha ‘Bacterfied!’, un juego de mesa cuya dinámica y mecánica se basa en la microbiología.

Con la financiación del programa ‘Cuenta la Ciencia’ de la Fundación General CSIC, estas dos científicas se pusieron manos a la obra con muchas pruebas y "jugando a otros juegos para coger ideas", comentan. Tras recibir el prototipo, lo testaron en centros educativos con alumnos de 4º de la ESO y 1º de bachillerato: "Les hicimos un cuestionario antes y después de jugar, y comprobamos que sí que habían aprendido conceptos de microbología", explican las investigadoras.

‘Bacterfield!’ ha participado en numerosos eventos de divulgación, cuenta con su propia versión ‘online’ y próximamente dará el salto europeo, con una versión ‘print-and-play’ que estará disponible en 24 idiomas para todos los centros educativos de la Unión Europea. Recibir ahora el reconocimiento de Tercer Milenio supone "un impulso muy importante, porque es como un sello de calidad", afirman, "que además recibimos en un momento clave del proyecto, a punto de intentar comercializar el juego".

Accésit. Pensamiento computacional: "Las tecnologías sirven para ser creativos"

Paloma de Yarza, presidenta de HERALDO, entregó el premio a Cristian Ruiz.
Paloma de Yarza, presidenta de HERALDO, entregó el premio a Cristian Ruiz.
Francisco Jiménez

"Con el pensamiento computacional nos referimos a una serie de habilidades, como la resolución de problemas, el pensamiento algorítmico, la depuración o el pensamiento divergente", explica Cristian Ruiz, coordinador TIC del colegio Juan de Lanuza, centro educativo que recibe este reconocimiento de Tercer Milenio gracias al programa que desarrollan en este ámbito. "A través de la tecnología, la programación o la robótica, los alumnos desarrollan dichas habilidades y estimulan su creatividad», añade.

Este programa se desarrolla desde los 3 hasta los 18 años, con actividades adaptadas a cada nivel y en función de la carga educativa. "Desde que comenzamos con este proyecto, hace nueve años, ha sido una constante evolución. Empezamos con programación y después llegó la robótica, el diseño 3D, la inteligencia artificial, tenemos un ‘maker space’… Pretendemos impulsar la idea de que las tecnologías no solo sirven para consumir, sino para ser creativos con ellas y ponerlas al servicio del ser humano", apunta Ruiz. Todo lo aprendido y desarrollado en el marco de este programa se plasma después en congresos, concursos y otras iniciativas educativas.

"A veces, los contenidos curriculares resultan aburridos para los alumnos y con este programa les ofrecemos experiencias, les damos la oportunidad de crear y desarrollar sus propias tecnologías", explica el docente. "Están motivados y nosotros como profesores también, porque les guiamos y acompañamos en este proceso", concluye Ruiz.

REALIZADO POR BLUEMEDIA STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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