Isabel, ¿qué particularidades tiene la escuela rural aragonesa?Es un mundo que se conoce muy poco y creo que es muy interesante que se exponga en jornadas como esta, porque la escuela rural aragonesa lleva mucho tiempo trabajando de una forma mucho más creativa y desarrollando proyectos de innovación educativa , porque sus condiciones –geográficas y de diversidad en el aula– así se lo exigían. Valores como la convivencia o la igualdad, que son absolutamente necesarios y que ahora se está trabajando por normativa, ya se trabajaban hace años en el entorno rural por pura necesidad.

Si la escuela rural ha sido pionera en innovación, ¿qué camino le queda por recorrer ahora?Es cierto que ahora se le está dando importancia a lo que verdaderamente supone la escuela rural, cuando hace unos años se consideraba casi marginal. Sus valores cada vez tienen más calado social, pero el gran problema sigue siendo la despoblación. Desde la administración se tienen que promover políticas, que las familias se queden asentadas y arraigadas, que no se fomente el cierre de las escuelas y que haya tejido empresarial para que las personas puedan trabajar y quedarse en estas zonas.

¿Y a qué otros retos debe hacer frente?A la alta proporcionalidad de interinos. Se llevan a cabo muchas iniciativas, pero cuesta mantenerlas en el tiempo por la movilidad del maestro interino. Debe haber más estabilidad del profesorado, que este pudiera permanecer varios cursos para que los proyectos educativos sean de una mayor calidad y con atención a la diversidad. No hay que olvidar que esta es una de las características de la escuela rural, porque hay alumnos de diferentes edades en un mismo aula.

Es orientadora en el Centro de Adultos de Binéfar. Asociamos la educación a las generaciones más jóvenes pero, ¿qué papel juegan estos centros?Las escuelas rurales de adultos también se enfrentan a un estigma muy grande. Siempre se han considerado un reducto de gente mayor, que se mantenían abiertos para talleres de memoria o informática, por ejemplo. Y aunque eso está genial, no es su finalidad. En esta escuela tenemos a muchas jóvenes que han abandonado el sistema educativo por diferentes motivos y que ahora tienen la oportunidad de retomar sus estudios y conseguir el título de educación básica e, incluso, tener más posibilidades para encontrar un empleo. En el caso de Barbastro, además, hay una gran población inmigrante que gracias a esta escuela aprende el idioma, se les ayuda con el carnet de conducir... la escuela de adultos rural es una gran oportunidad de inserción educativa y laboral.