El sabor de la mejor compañía

No solo se recuerda a través de la vista. Además de imágenes, el ser humano también es capaz de atesorar en la memoria las experiencias vividas con cada uno de sus cinco sentidos. Por eso, cuando a María le preguntan por la gran crisis sanitaria de 2020, entre los buenos momentos extrae el recuerdo del olor a café que inundaba su casa desde la cocina. Su madre, Lucía, tuvo que teletrabajar todos aquellos días y para ella lo más importante, incluso antes de quitarse el pijama, como siempre repetía, era beber una taza de un buen café. Esta costumbre a la que se aferraba Lucía la había aprendido, a su vez, de su madre.

Por eso, cuando la situación mejoró y Lucía y María pudieron visitar, por fin, después de tanto tiempo, a la abuela Dorotea siempre recordarán el sabor de aquella taza de café molido Orús, que compartieron en la mejor compañía.

Echarse de menos es un síntoma de amor. Por eso, los bares y su querido café se han extrañado durante los duros y largos días del confinamiento. Poco a poco, y con la paulatina instalación de la ‘nueva normalidad’, han podido volver a encontrarse para seguir creando recuerdos juntos.

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De cualquier manera, con mucha o poca leche, solo, con o sin azúcar, en vaso o en taza... Existen tantas formas distintas de tomar café que lo único que tienen en común es que, en casi todos los casos, se prefiere en buena compañía. Por eso, este producto, sobre el que se sustentan la mayoría de las quedadas y reuniones sociales, ha sido uno de los grandes protagonistas de los reencuentros de amigos y familiares que se han producido tras el confinamiento.

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