INFORMACIÓN ELABORADA EN COLABORACIÓN CON OBRA SOCIAL' LA CAIXA'

De Venezuela a Zaragoza en busca de un futuro

Carlos Alfredo Hernández es uno de los participantes del programa Incorpora de integración laboral de Fundación ‘la Caixa’ en Aragón.

Carlos Alfredo Hernández, en la plaza del Pilar.
Carlos Alfredo Hernández, en la plaza del Pilar.
C.A.H

Hay días marcados en rojo en el calendario de la vida, fechas que se recuerdan generación tras generación. Para Carlos Alfredo Hernández, refugiado venezolano, este momento es el 29 de marzo de 2019, cuando llegó a Zaragoza, junto a su mujer y su hija, huyendo de un régimen opresivo para él y su familia.

Con 39 años recién cumplidos, este ingeniero químico, con experiencia laboral en la industria minera y el sector petrolero, tenía que empezar de cero en un país nuevo, con costumbres y modos de vida diferentes a los de su tierra. Pero, lejos de venirse abajo, Hernández decidió buscar soluciones y accedió al programa de integración laboral de Fundación ‘la Caixa’, Incorpora.

Se trata de una iniciativa que, en 2019, facilitó la creación de 665 puestos de trabajo a personas vulnerables en Zaragoza, gracias a la implicación de 261 empresas y 8 entidades sociales. Incorpora, que se desarrolla desde hace 14 años, tiene una red de entidades sociales por toda España que se dedican a la integración laboral de personas con especiales dificultades para encontrar trabajo y ofrece a las empresas un servicio gratuito de asesoramiento y acompañamiento para la integración laboral.

Él reunía las condiciones para acceder a este programa, donde le facilitaron consejos e información laboral que le han sido muy beneficiosos y que le han permitido contar con un puesto de trabajo, una vivienda en alquiler y la tranquilidad de ver que la vida vuelve a sonreírle. "Estoy muy agradecido del apoyo prestado, porque cuando llegas a un país nuevo, por muchos conocimientos y bagaje laboral y cultural que tengas, arrancar siempre es difícil. Con el programa Incorpora aprendí cómo funciona en España el tema de las entrevistas de trabajo, la elaboración de un currículum y otras cosas muy útiles para mí y que me dieron una gran tranquilidad, ya que me permitieron enfrentarme mucho mejor a la búsqueda de empleo", indica.

Meses después, Hernández y su familia están encantados de vivir en Zaragoza, una ciudad que les sorprende por su gran patrimonio y que ellos miran con los ojos ilusionados de tres personas que tuvieron que irse de su paraíso natal sin saber de qué manera les iba a sorprender el futuro. "Aquí hemos encontrado a organizaciones y gente muy hospitalaria, siempre dispuestos a ayudarte de la mejor manera posible. Los zaragozanos son personas muy acogedoras y grandes conversadoras. Nos gustaría quedarnos aquí tiempo, porque nos sentimos muy bien recibidos y nosotros también podemos aportar muchas cosas", apunta.