EN COLABORACIÓN CON ACUICULTURA DE ESPAÑA

Cuando la acuicultura combate la España vaciada

El Grado y Oliván son dos pequeñas localidades del Pirineo donde decenas de personas se dedican a este sector. Es el caso de Yoselin Roa, que lleva un año en las montañas y asegura estar encantada con la decisión, o de Lorenzo Maynard, que se pasó toda una vida buscando la manera de instalarse en su paraíso particular.

Lorenzo Maynard se dedica al cultivo de la trucha arcoiris y de los esturiones en Fiscal.
Las empresas del sector de la acuicultura aragonesa apuestan por generar empleo en su entorno cercano.

En la voz de Yoselin Roa nadan los dejes de su Chile natal, y Lorenzo Maynard suena como alguien que ha visto su sueño cumplido. Son dos personas que trabajan en empresas de acuicultura aragonesas y que decidieron dejarlo todo para irse a vivir a las pequeñas localidades de El Grado y Fiscal respectivamente, en el corazón del Pirineo. Ahora residen en un entorno privilegiado, donde se dedican al cultivo de la trucha arcoiris y de los esturiones, un pez que ofrece uno de los manjares más conocidos del mundo de la gastronomía: el caviar.

Dado que la pesca de esta especie en el medio natural está prohibida en casi todo el mundo, la acuicultura permite seguir disfrutándola sin ponerla en riesgo, con unas instalaciones de producción donde la alta tecnología hace compatible la protección del medioambiente y la producción de alimentos de alta calidad. La acuicultura del esturión necesita de un curso de agua de gran calidad para ofrecer el mejor pescado, agua que es posteriormente devuelta al río en mejores condiciones. Hablamos de una forma de producción de alimentos con una baja huella de carbono, respetuosa con el entorno y que se practica en espacios tan privilegiados como las montañas de Huesca.

Yoselin llegó a El Grado hace un año, procedente de Extremadura, y asegura estar "muy contenta" con la decisión, porque ahora vive "rodeada de un paraje privilegiado". Lorenzo, por su parte, se ha pasado años buscando la manera de instalarse en las montañas, dado que sus padres compraron hace medio siglo una casa en Fiscal, cerca de Olivan. "Era el sueño que tenía desde siempre", comenta. El trabajo de ambos está vinculado a esos viveros que se sitúan, como señala Lorenzo, en la cabecera de los ríos, donde las truchas y los esturiones viven en aguas cristalinas.

En España, el sector genera cada año más de 300.000 toneladas de productos de acuicultura, lo que convierte al país en líder en la Unión Europea.
En España, el sector genera cada año más de 300.000 toneladas de productos de acuicultura, lo que convierte al país en líder en la Unión Europea.

Estamos ante dos casos de inmigración oscense en busca de una mejor calidad de vida, porque las empresas del sector de la acuicultura aragonesa apuestan por generar empleo en su entorno cercano. No solo directo, sino también indirecto, ya que ambos expertos reconocen que su oficio "tiene mucha relación con otros negocios", como el transporte, el mantenimiento, el comercio 'gourmet' o la hostelería y la restauración. "Además, a nivel gastronómico, los restaurantes del entorno eligen nuestros productos por la proximidad y la frescura. Cuando viene a visitarnos de vacaciones, la gente quiere probarlos", añade Lorenzo.

Una zona revitalizada

"Creo que hemos puesto nuestro granito de arena para que vaya cambiando la visión que tenemos de estas zonas. Antes siempre pensábamos que estaban un poco marginadas", defiende Yoselin, quien insiste en que ya no es así: "Son lugares tranquilos, con buena calidad de vida". Portavoces de los viveros situados en Oliván y El Grado refrendan esta opinión: "Las personas que trabajan con nosotros son de la zona y sus alrededores, lo que aporta también un valor añadido", apuntan.

En los tanques de producción en estas montañas se cultivan trucha arcoíris y esturión, los dos mascarones de proa de la acuicultura aragonesa. En España, el sector genera cada año más de 300.000 toneladas de productos de acuicultura, lo que convierte al país en líder en la Unión Europea. No es un indicador baladí: la Agenda 2030 de Naciones Unidas y el Pacto Verde de la Unión Europea ya hablan de la necesidad de aumentar la producción de pescado de acuicultura si queremos alimentar a la población del futuro. Se trata de un alimento, no solo asequible, sino también saludable, pues contiene muchas proteínas y ácidos grasos como el omega 3, además de minerales como el potasio o el selenio. También es sostenible, ya que cuidar del entorno no es un simple deseo para las empresas de acuicultura, sino una imperiosa necesidad, porque de la calidad de las aguas depende su trabajo.

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