Cómo tratar problemas de neurodesarrollo, cefaleas o epilepsia en niños

Los problemas de neurodesarrollo, la aparición de cefaleas recurrentes o la epilepsia son motivos frecuentes de consulta en la Unidad de Neurología Infantil de Quirónsalud Zaragoza. En cuanto a los primeros, los más habituales son el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista, el retraso global del desarrollo, la discapacidad intelectual y algunos trastornos específicos del aprendizaje como dislexia, discalculia o los trastornos del aprendizaje no verbal.

A la hora de tratar estas patologías, “el diagnóstico precoz es clave”, señala el doctor Fernando F. Martínez Calvo, especialista en neurología infantil en Quirónsalud Zaragoza. “Para ello -subraya- mantenemos un contacto directo y cercano con el resto de profesionales de la Unidad de Pediatría del centro hospitalario, lo que permite poder ofrecer un abordaje multidisciplinar y un tratamiento personalizado”.

Asimismo, Quirónsalud Zaragoza “brinda un acompañamiento a lo largo de todo el proceso asistencial, ya que en ocasiones puede llegar a ser duro”, apunta el especialista.

Tratamiento individualizado

En el caso de los trastornos del neurodesarrollo, se pueden llevar a cabo estudios genéticos que consisten en analizar en una o varias muestras de sangre los genes con el objetivo de intentar identificar la causa subyacente de la patología. De esta forma, se puede ofrecer un tratamiento más individualizado al paciente en algunas circunstancias y la posibilidad de llevar a cabo un asesoramiento genético a los padres para la futura descendencia.

Las cefaleas y la epilepsia, por su parte, “requieren de tratamiento farmacológico”, explica el doctor, con el objetivo tanto de reducir los episodios de crisis y dolor como de aliviar y acabar con sus síntomas en el momento en que se producen.

Señales de alarma habituales

En cuanto a las cefaleas, el doctor enumera algunos síntomas a los que se debe prestar especial atención. Por ejemplo, que estas aparezcan por la noche, despertando así al paciente, que el dolor de cabeza venga asociado de vómitos o que se produzcan en niños por debajo de los cinco años.

Sobre la epilepsia, el especialista advierte signos como “un descenso del rendimiento académico, al que se le pueden asociar episodios de ausencia que han podido pasar inadvertidos a los padres” o “pérdidas de conocimiento”, que a veces, según apunta, “están acompañadas de mordeduras de lengua o pérdida de control de los esfínteres, entre otros”.