Una de las principales ventajas que ofrecen los planes de pensiones es la fiscalidad, ya que las aportaciones que se van haciendo al plan a lo largo de los años son deducibles de la base imponible del IRPF, o lo que es lo mismo, permiten al titular del plan pagar menos impuestos.

Desde Ibercaja recuerdan que las aportaciones a un plan de pensiones disminuyen la base imponible del IRPF cada año en la cantidad aportada con unos límites que dependen del tipo de aportación que hagamos: con una aportación individual, el máximo a desgravar es la menor de estas cantidades: 8.000 euros o el 30% del rendimiento neto de tu trabajo y otras actividades económicas; con una aportación hecha a favor del cónyuge, la desgravación tendrá 2.500 euros anuales de límite (que nos podremos desgravar si el cónyuge no tiene rentas del trabajo o de actividades económicas o estas son inferiores a 8000 euros); y con una aportación en favor de personas en grado de parentesco con discapacidad, se podrán deducir un máximo de 10.000 euros anuales por aportante, sin superar 24.250 euros anuales entre todos. Si las aportaciones las realiza la propia persona con discapacidad, el límite tanto de aportación como de deducción será de 24.250 euros.

Por otra parte, en lo que respecta al momento de recuperar el dinero, existe otro tipo de tributación, con algunas particularidades en función de la modalidad de cobro escogida.

Las casillas a marcar

Llegado el momento de hacer la declaración de la renta, el borrador ya suele recoger todos los conceptos relativos a la deducción del plan de pensiones. No obstante, hay ciertas casillas que conviene revisar para comprobar que toda la información es correcta: 

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