Cerca del 30% de la población española mayor de 40 años sufre de artrosis, una enfermedad degenerativa crónica que provoca el desgaste progresivo de los cartílagos. Una de las tipologías más comunes es la que afecta a la cadera: en este caso, la pérdida de tejido dificulta el movimiento articular y el correcto engranaje entre el fémur y la pelvis. "Esto afecta en cualquier movimiento que implique un desplazamiento, por lo que el principal síntoma para el paciente que sufre artrosis de cadera es el dolor, que puede llegar a ser invalidante, y nos limita a llevar una vida normal, afectando a nuestra calidad de vida", explica el doctor Carlos Jarabo, director médico de Clínicas Cres, centro médico especializado en el tratamiento de esta dolencia. 

La artrosis de cadera puede deberse a diferentes causas, "desde cuestiones congénitas a traumáticas, así como una dismetría o desigualdad de longitud de los miembros inferiores", indica la doctora Elena Guallar, especialista en este misma clínica. "También cabe mencionar la edad y el sobrepeso como otros factores desencadenantes de esta enfermedad".

Antes los síntomas, que suelen ser dolor en la zona de la ingle, en la cara anterior del muslo y en la nalga, así como rigidez de la articulación al levantarse y cojera en los casos más graves, el doctor Jarabo apunta la importancia de acudir a un facultativo con experiencia para que este realice un buen diagnóstico, "que resulta fundamental para que el tratamiento tenga éxito". 

Qué tratamientos existen

Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento más frecuente para paliar los síntomas de esta dolencia es la toma de analgésicos y antiinflamatorios, especialmente en las primeras fases de la enfermededad. No obstante, "su uso prolongado puede producir efectos secundarios adversos y a medida que la enfermedad avanza se van haciendo menos efectivos", explica el doctor Jarabo.  

Antes de llegar a estados más avanzados de la enfermedad, la artrosis se puede tratar con técnicas de Medicina Regenerativa, "que son muy seguras, ya que se realiza con el material biológico del propio paciente, y reducen  significativamente el tiempo de recuperación". El objetivo de estos tratamientos no es otro que aliviar el dolor y restablecer la capacidad funcional de la articulación, lo que implica una mejora en la calidad de vida del paciente, tanto física como anímica. Además de la artrosis de cadera, los tratamientos con medicina regenerativa pueden ser una buena alternativa para combatir los síntomas de la artrosis de cadera, al igual que la artrosis de otras articulaciones como rodilla u hombro, así como en lesiones producidas por la práctica del deporte.

Otra cuestión fundamental en el abordaje de la enfermedad es el control del peso: "Es un factor importante para controlar el avance de la enfermedad, ya que al tratarse de una articulación de carga, el sobrepeso es un factor desfavorable para la buena evolución del tratamiento", aclara la doctora Guallar.

Ambos especialistas recuerdan que, de no poner remedio, la degeneración en la articulación puede terminar con la implantación de una prótesis de cadera, una técnica más invasiva con cirugía y que conlleva una convalecencia posterior.