Farmacéuticos siempre de guardia

La profesión farmacéutica cumple un año al pie del cañón. Un año marcado por el distanciamiento social, en el que la farmacia ha estado más cerca que nunca. Una cercanía que en el caso de los farmacéuticos comunitarios, a través de las más de 700 farmacias de Aragón, ha sido esencial para los ciudadanos, con esa cruz verde siempre encendida, acompañando a la población. Sin cita previa, ni listas de espera, muchas de ellas, las farmacias rurales, único referente sanitario en municipios donde las consultas cerraron con motivo del estado de alarma.

Los farmacéuticos han desarrollado una labor sanitaria esencial en todas las facetas: hospitales, farmacias, distribución, salud pública, docencia e investigación y producción de medicamentos o en los laboratorios clínicos. "Si algo ha caracterizado a la profesión farmacéutica en esta crisis ha sido nuestro continuo afán de colaborar, de ofrecer soluciones a la consejería de Sanidad y a la sociedad, para contribuir a paliar el colapso de otros recursos del Sistema Aragonés de Salud y proteger a los colectivos más vulnerables", explica Raquel García, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza (COFZ).

En este año, las farmacias han garantizado también la continuidad de la prestación farmacéutica, facilitando el acceso a los medicamentos en todo momento, con entregas en domicilio, modificaciones de recetas electrónicas para pacientes crónicos o entregas de medicamentos hospitalarios en farmacias; evitando así desplazamientos, descongestionando centros de salud y hospitales y protegiendo a los más vulnerables.

"La pandemia está demostrando que las farmacias tienen un gran potencial sanitario y social. Aun así, nos hemos sentido infrautilizados, porque creemos que podíamos haber hecho mucho más, como la realización de test de antígenos, y así lo hemos hecho saber a las autoridades sanitarias", señala la presidenta.

Otra de las acciones que se ha reivindicado es que el paciente acceda a la medicación en la farmacia sin tener que desplazarse al hospital cuando se trata de medicamentos que no requieren un control clínico inmediato. "No tiene sentido que se obligue a los pacientes a ir a los hospitales a por estos medicamentos, cuando tiene una farmacia debajo de su casa", defiende García. "Sobre todo aquellos que viven en pueblos, que podrían acceder a estos medicamentos en su farmacia, sin necesidad de desplazarse varios kilómetros hasta el hospital", añade. De esta forma, el medicamento llega siempre al paciente a través de un profesional sanitario, de un farmacéutico, y se mantiene la cadena de custodia del medicamento.

Vigilar la seguridad de las vacunas

La vacunación de la covid-19 es el reto sanitario más importante que tiene España. Dentro de las funciones de los farmacéuticos comunitarios está seguir vigilando la seguridad de la vacuna, para detectar aquellas reacciones adversas muy poco frecuentes, en colaboración con el Centro de Farmacovigilancia de Aragón.

"Tenemos una capacitación técnica, científica y sanitaria de primer nivel, y continuaremos a pie de calle atendiendo las necesidades sanitarias de la población, con una cercanía inigualable", concluye la presidenta del COFZ.

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