Ciclos formativos: adaptarse a un mercado cada vez más exigente

La nueva Ley de Formación Profesional contempla una mayor oferta, prácticas en empresas de carácter obligatorio y mejores acreditaciones de competencias, teniendo muy presente las demandas del mercado laboral

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Tras su aprobación el pasado mes de abril, el próximo curso 2022-2023 será el primero en el que las normas y los criterios recogido en la nueva Ley de Formación Profesional se vean reflejados en las aulas.

A las puertas del periodo de matriculación, quienes deseen cursar un grado medio o superior deben saber que la nueva normativa contempla, entre otras cuestiones, una mayor oferta, mejores acreditaciones profesionales y más facilidad para incorporarse después a la universidad. Esta ley recoge además las necesidades de un mercado laboral cada vez más exigente y las demandas de las empresas en lo que a personal cualificado se refiere.

El 24 de junio comienza el plazo de inscripción de alumnos para ciclos formativos de grado básico, medio y superior en Aragón 

Así, una de las principales novedades que contempla este documento es la clasificación en base a cinco niveles ascendentes (A, B, C, D y E), que determinarán y reconocerán las habilidades y competencias de cada alumno. También se incorpora el bilingüismo y se potenciarán alianzas para realizar estancias en otro país durante la formación.

Otra de las novedades que recoge esta ley, que otorga a los centros formativos un plazo de adaptación hasta el próximo diciembre de 2024, es la titulación dual, o lo que es lo mismo, que todos los estudiantes que cursen un grado de FP van a tener van a tener posibilidad de un periodo de formación y de prácticas en la empresa. Más en concreto, la FP general tendrá un periodo de prácticas de entre el 25% y el 35%; y la intensiva, de un 35% a un 50%. Además, en esta última modalidad existirá una vinculación contractual remunerada del estudiante con la empresa. 

las claves para escoger un buen ciclo

Los profesionales con este tipo de titulaciones son cada vez más demandados en el mercado laboral, pero antes de presentar solicitudes, es esencial reflexionar acerca de qué grado cursar.El primer paso para escoger una formación es la vocación. Apostar por aquella área del conocimiento o sector que más interés despierte es clave, pues así será mucho más llevadero y fácil de realizar. Los grados son eminentemente prácticos, por lo que estudiar el programa formativo de cada uno de ellos, conocer cómo son las prácticas y qué tareas se van a realizar ayudará a escoger de acuerdo a los intereses del estudiante.

También resulta interesante conocer qué titulaciones hay en la misma rama para continuar la formación: si se va a realizar un grado medio, por ejemplo, conviene ver qué opciones hay dentro del mismo ámbito en los grados superiores, o si hay asignaturas o módulos que se pueden convalidar de una titulación a otra para así contar con más de un título y estar más preparado y capacitado para acceder a un puesto de trabajo acorde.

Otra cuestión fundamental es dónde se va a cursar el grado: si es en un centro público o en uno privado, las plazas disponibles, la nota de acceso, el coste, el horario, si es en la misma ciudad donde uno reside o hay que desplazarse, si se puede realizar de forma ‘online’, si permite conciliar en caso de qué ya se esté trabajando...

Por último, hay que valorar qué demanda el mercado laboral y qué titulaciones son las más requeridas por las empresas y organizaciones. Aunque esto no debe condicionar la decisión del estudiante, es interesante saber qué habilidades se están requiriendo, ya que cursar un título que, además de afín a los intereses personales lo sea también a las demandas laborales, es sinónimo de éxito.

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