Cuando una pareja decide casarse, la frase de ‘la teoría es mucho más fácil que la práctica’ cobra todo el sentido: lo que empieza con un sencillo 'sí’, se convierte en un carrera contrarreloj en la que cada paso tiene su momento: elección de la fecha y el lugar, las pruebas de vestuario, la selección del menú, el envío de las invitaciones, las fotos de preboda, preparar el viaje de novios…

Las parejas que ya han celebrado su gran día darán buena cuenta de ello, pero eso no significa que el pánico deba cundir en los novios que se lanzan ahora a la aventura de preparar su boda. Teniendo en cuenta lo ocurrido a una de esas parejas que estaban al borde del ataque de nervios, que celebraron su enlace en Castillo Bonavia, se puede elaborar la guía definitiva para celebrar una boda.

     

¿Hotel o finca?

Dicen los organizadores de bodas expertos y las revistas y blogs de novias que hay que tener un año de previsión para organizar un enlace. Aunque concretar la fecha parece un trámite sencillo, a partir del cual se puede comenzar a organizar todo lo demás, la práctica es mucho más compleja: ¿dónde celebrarla?, ¿es mejor en primavera o en verano?, ¿la ceremonia y la fiesta serán en el mismo sitio?, ¿será ceremonia civil o religiosa?, ¿estará disponible ese Castillo que hemos visto al salir de Zaragoza?

A todas esas dudas se añade el eterno debate: ¿en un hotel o en una finca? Está claro que cada espacio tiene sus ventajas: los hoteles suelen estar en lugares céntricos, no requieren grandes desplazamientos y permiten que los novios y los invitados que vengan de fuera se alojen antes y después de la ceremonia. Son además un espacio cerrado, no disponen de extensas zonas verdes al aire libre, lo que evita contratiempos por la meteorología, y suelen tener cocina propia.

Las fincas, por su parte, permiten la celebración del enlace al aire libre -si se opta por el matrimonio civil-, con espacios que dan más juego para las fotografías. Si el tiempo se tuerce, también cuenta con salas interiores o carpas, por lo que no habría problemas de que una lluvia imprevista estropease la celebración. En estos espacios, además, suele haber más libertad para la personalización, tanto de las mesas como de la decoración en general.

 

¿La solución? Un espacio como el Castillo Bonavia, que cuenta con espacios al aire libre  para la ceremonia y el cóctel, amplios salones para la comida o cena y la posterior fiesta y habitaciones para alojar a novios e invitados al final del gran día.

   

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del menú al 'todo incluido'

Hay quién dice que la mejor manera de conquistar a alguien es por el estómago, por lo que qué mejor manera de celebrar el amor que con una comida o cena nupcial de altura. Las opciones a la hora de contratar un menú son muchas y muy variadas, aunque la propuesta que suele ser un acierto seguro en la celebración de un enlace es la que se compone de un cóctel ameno y de pie para después pasar a sala y ya sentados, degustar un menú.

Caso aparte es la elección de todos los platos, pues complacer a todos lo paladares no es fácil. Por ello, lo más aconsejable es combinar los sabores de siempre con toques creativos y, por supuesto, asegurarse de que en cocina tienen opciones para los invitados vegetarianos, veganos o que padecen algún tipo de intolerancia alimentaria.

En Castillo Bonavia cuentan con menús completamente personalizables de diferentes rangos, además de una amplia variedad de entrantes y propuestas de picoteo para el cóctel previo. Además, para terminar la celebración por todo lo alto, también ofrecen un servicio de mesas dulces o temáticas (con hamburguesas o perritos calientes al más puro estilo ‘made in USA’, por ejemplo).

    

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La comida o cena es, generalmente, el momento más largo de la celebración, pues además de degustar varios platos es momento también de dar regalos, de novios a invitados y viceversa, y el momento que aprovechan amigos o familiares para proyectar emotivos vídeos o inventarse alguna coreografía en honor de los novios. Tener controlado todos estos eventos para no interrumpir la comida más de lo necesario es otro punto a tener en cuenta.

Igual de importante es el ‘seating plan’, pues el éxito en la distribución de las mesas hará que todos los invitados disfruten de ese día.

  

  

¿Es necesario un 'wedding planner'?

En los últimos años, la figura del ‘wedding planner’ se han convertido en algo casi imprescindible para que todo salga perfecto a la hora de preparar una boda. No obstante, hay parejas que prefieren preparar por su cuenta el enlace, cuidando hasta el mínimo detalle y gestionando con tiempo todos los aspectos.

En Castillo Bonavia, entre los múltiples servicios que ofrecen, cuentan con una coordinadora de eventos, encargado de que todo esté preparado el gran día, para que los novios puedan disfrutar de los preparativos previos y estar relajados el gran día, pues esta figura controla que todo salga tal y como está previsto, ya sea la celebración de la ceremonia en sí, la decoración de la boda, el ‘photocall’ o los diferentes pases del menú.

    

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