La concienciación social es cada vez más importante para lograr un futuro sostenible y responsable. Por ello, muchas empresas se están volcando en visibilizar la relevancia de dar ejemplo a la sociedad, tomando medidas para reducir el impacto en el planeta y lograr alcanzar así un nivel óptimo de sostenibilidad. Un ejemplo claro de estas acciones para garantizar el futuro es apostar por la reducción del consumo energético y de emisiones de CO2.

En Aragón, existen más de 300.000 edificios, de los cuales más de la mitad están en pie desde antes de 1980. Esto supone que no incluyen aislamiento térmico, lo que a su vez se traduce en que el 80% de las viviendas en la región tienen una calificación energética E, F y G. Es decir, los niveles más bajos de la escala de certificación. Por eso, apostar por la rehabilitación de un parque de viviendas tan antiguo es imprescindible para poder reducir el consumo energético.

Fondos Next Generation UE

La Unión Europea impulsó tras la pandemia un instrumento excepcional de recuperación temporal conocido como fondos Next Generation EU. Estas ayudas para la recuperación incluyen una partida de 3.420 millones para la rehabilitación del parque residencial español. Por tanto, el momento de iniciar esta transformación hacia edificios eficientes es ahora.

Deutsche Bank es una entidad bancaria que lleva más de dos décadas financiando proyectos de rehabilitación energética de edificios a través de Avanza Credit. Su director, Jorge Sáenz de Miera afirma que «ahora es el momento. Probablemente, no volvamos a tener esta oportunidad de renovar nuestro parque edificatorio a gran escala y en condiciones tan extraordinarias, pero hace falta mayor agilidad y un plan de comunicación que haga llegar esta oportunidad al ciudadano. Hoy no es consciente de ello».

Construyendo edificios eficientes

Avanza Credit es el área de negocio de Deutsche Bank que se encarga de financiar proyectos de rehabilitación y accesibilidad en edificios residenciales. El banco alemán suma más de 25 años de experiencia financiando estos proyectos. Para ello, cuenta con un equipo especializado a nivel comercial, administrativo y de riesgos exclusivamente en comunidades de propietarios. Ellos contactan con los principales agentes sociales y económicos que intervienen en la rehabilitación (empresas rehabilitadoras, colegios profesionales de administradores de fincas, arquitectos, arquitectos técnicos y asociaciones empresariales).

Avanza Credit se caracteriza por su agilidad a la hora de dar una respuesta sobre la viabilidad del proyecto en un máximo de 48 horas. Su equipo desarrolla planes a medida del cliente, asegurando su disponibilidad hasta el 100% de la financiación y apoyando todo el proceso de reforma. Además, destaca por la flexibilidad de pago, traducida en facilidades para los clientes con un plazo de hasta 15 años y de hasta 36 meses de carencia de capital. El banco financia hasta el 100% del presupuesto del proyecto y se adapta a los periodos de ejecución y las necesidades de la comunidad de propietarios.

Caso de éxito

Zaragoza ya se ha puesto manos a la obra con este cambio. Un claro ejemplo es Aiseul S. L. Esta empresa de construcción ha sido la encargada de llevar a cabo el proyecto de rehabilitación de fachada y cubiertas del grupo de viviendas ‘Vizconde de Escoriaza’, una ejecución que todavía está en curso, pero que ya refleja los primeros resultados.

Esta obra tiene un presupuesto de 1,4 millones de euros repartidos para rehabilitar las 162 viviendas que forman el grupo. El proyecto cuenta con la ayuda de una subvención de la Sociedad Municipal Zaragoza Vivienda y ha sido financiado por Deutsche Bank.

Ventajas fiscales

Sumarse a este tipo de proyectos conlleva la posibilidad de una deducción del 60% de las cantidades satisfechas al margen de la subvención proporcionada para llevar a cabo la rehabilitación.

En otras palabras, a la cuantía desembolsada para la obra realizada, quitando de la ecuación la subvención, se le puede llegar a reducir hasta un 60% del IRPF en actividades que entren dentro del periodo iniciado el 6 de octubre de 2021 y que finaliza el 31 de diciembre de 2024. Siempre tienen que tratarse de proyectos realizados por propietarios de viviendas en edificios de uso residencial que reduzcan el consumo de energía primaria no renovable de, al menos, un 30% o que, como consecuencia, lleven a una mejor calificación energética del edificio al obtener una clase A o B.

El momento para deducir ese 60% es en los ejercicios de 2021, 2022, 2023 y 2024, teniendo en cuenta las cantidades satisfechas en cada uno. La base máxima de reducción son 5.000 euros al año, siendo la base máxima acumulada 15.000 euros. Si la cantidad de un ejercicio supera esta cifra, se puede trasladar a los 4 siguientes. Se trata de un buen incentivo para llevar a cabo este tipo de cambio que beneficia no solo a los vecinos de las propias viviendas, sino también al bien común.

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