"El Valle de Tena es un entorno con muchas posibilidades"
Carmen Garayar, directora de Aragón Hills Hotel&Spa destaca el impacto que el sector hotelero tiene en el valle y qué ofrece esta zona del Pirineo.
Con la temporada invernal turística está a punto de comenzar, en el sector ya está todo preparado para recibir a todos aquellos viajeros que quieran -y puedan- desconectar fuera de casa después de un año tan peculiar. Carmen Garayar, directora de Aragón Hills Hotel&Spa, ubicado en el municipio de Formigal y que abre sus puertas el próximo 18 de diciembre, analiza la situación actual del turismo y cómo afrontar la temporada y el futuro del Valle de Tena, uno de los motores turísticos de la comunidad. Buscar nuevas formas de atraer a los turistas durante todo el año y ofrecer un exquisito servicio son sus claves para el éxito.
Con la situación actual, ¿cree que el turismo debería reinventarse?
Creo que más que hablar de reinvención, se trataría de una lógica evolución. En el sector turístico está prácticamente todo inventado, pero sí es cierto que hay que trabajar algunos aspectos con más profundidad. Aquí, en Formigal, disfrutamos de un entorno privilegiado que nos brinda y facilita muchas actividades y oportunidades de ocio. Además del esquí y otros deportes de nieve, la montaña es el escenario perfecto para actividades al aire libre y en contacto con la naturaleza.
Precisamente la evolución de la que hablo se fundamenta en que nuestro público busca cada vez más ese contacto con la naturaleza, le gusta la práctica deportiva, la variada oferta de actividades de aventura... y es ahí donde las tendencias del turismo están evolucionando. Evolucionan las personas, evoluciona la respuesta del sector.
¿Qué más experiencias se pueden disfrutar en el valle de Tena?
Como te comentaba, nuestra empresa trabaja y apuesta por el turismo activo. Trabajar esta oferta y este segmento resulta doblemente interesante ya que facilita la desestacionalización de nuestro Pirineo. Así, una zona eminentemente vinculada a la nieve puede funcionar el resto del año de la mano de propuestas como el triatlón, el running, el cicloturismo, etc. Queremos conseguir que el hotel esté abierto los 365 días al año en lugar de seis meses, que es la media en el valle de Tena.
¿Qué impacto tiene este complejo turístico en el Valle de Tena?
Es el hotel más grande de la estación, damos empleo directo a entre 40 y 50 personas, con el consiguiente impacto positivo socioeconómico y laboral.
El hotel había estado cerrado las dos últimas temporadas. ¿Cómo se ha preparado para afrontar la que viene?
Hemos trabajado duro para que todo esté apunto. Como la climatología es bastante extrema, el edificio había sufrido, sobre todo en terrazas, cubiertas y fachada, y todo ha sido sometido a un proceso de modernización. La pintura, decoración, el tapizado de los muebles y todos los complementos de las habitaciones que encontrarán los clientes son nuevos. Y en el actual escenario, por supuesto, somos especialmente cuidados cumpliendo las normativas higiénico-sanitarias, y en especial, aquellas específicas establecidas para la covid-19. El hotel es un espacio seguro y responde con calidad a las exigencias de nuestros clientes.
¿Qué más servicios ofrece el hotel?
Además de los habituales, me gustaría destacar el servicio de spa, con una amplia carta de tratamientos, el circuito de agua termal, etc. Pero, sin duda, nuestra terraza con vistas al valle es el lugar más emblemático y queremos potenciarlo. Y querría destacar también nuestra propuesta gastronómica, en la que incluimos comida autóctona y creativa, pensando tanto en los clientes alojados como en aquellos que visitan la zona y cuentan con nuestros restaurantes como parte de la oferta actual en Formigal.
Como directora de Aragón Hills, ¿qué es lo que más destacaría de este hotel?
Sin duda, la ubicación privilegiada que tenemos. Es incomparable, está estratégicamente situado y goza de unas modernas instalaciones en las cuales se puede aprovechar al máximo el entorno, pero también puedes quedarte en el hotel, desconectar y disfrutar de la tranquilidad sin perder el contacto con la naturaleza.
