Fue en 1963 cuando un grupo de agricultores decidió aunar sus esfuerzos y trabajo común para poner en marcha la Cooperativa San Marcos, una de las agroindustrias más importantes que existen en este momento en la localidad de Binaced y emblema agroalimentario de su zona.

Al igual que ocurrió con otras muchas cooperativas aragonesas, empezó trabajando con los cultivos tradicionales de cereal, pero, poco a poco, se centró en la plantación de arbolado y, hoy en día, se dedica mayoritariamente a la producción y comercialización de fruta de hueso, principalmente melocotón amarillo, y de pepita, con volúmenes de producción que superan los 30 millones de kilos en cerca de 150 medianas explotaciones, de entre 15 y 20 hectáreas. Además, siguen contando con cultivo extensivo de forrajes y cereales.

A lo largo estos años han puesto en marcha numerosas iniciativas y entre sus logros más destacados se encuentra la conservera Frucopasa que, desde 1998, elabora en conserva la fruta recogida en la cooperativa.

A estas líneas de negocio se le une el comercio a minorista, ya que cuentan con una red de tiendas propias donde pueden comercializar sus productos kilómetro cero, potenciando un tipo de economía basada en el concepto del campo a la mesa, que tanto demandan los consumidores del siglo XXI.

Por todas estas razones, han sido merecedores del Accésit en la categoría Impulso Cooperativo, que recogió su vicepresidente, Marcos Boteller, quien puso el acento en la necesidad de seguir apoyando a los socios para poder crecer juntos.

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