Amenazas y oportunidades de un modelo de ganadería clave en la comunidad

Tiene una estructura moderna y consolidada, eficiente y con alta capacidad exportadora, genera empleo, fija población en el medio rural y pertenece a la Marca Europa, lo que es sinónimo de garantía de trazabilidad y seguridad alimentaria.

Esas son algunas de las fortalezas del sector porcino en Aragón, tal y como revela el estudio ‘Coyuntura del sector porcino en Aragón en 2022’, elaborado por el Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón. Este documento, que analiza la evolución de esta ganadería en los últimos diez años, hace hincapié en los retos a los que se enfrenta: una cadena de valor sin cerrar, pues en Aragón solo se sacrifica el 70% de lo que se produce; una fuerte dependencia de la exportación a los mercados asiáticos, los cuales son especialmente volátiles; la alta concentración de granjas en municipios declarados como vulnerables a la contaminación por nitratos y un desconocimiento y rechazo social hacia la ganadería intensiva, a pesar de la importancia que esta tiene para la economía regional.

El informe señala también la dificultad de conseguir mano de obra estable y formada con capacidad para gestionar correctamente este tipo de explotaciones y la dependencia de los mercados exteriores en materias primas para la alimentación del ganado.

A pesar de los desafíos, la Comunidad cuenta con varias bazas a su favor. La necesidad de producir proteína animal para alimentar a una población mundial creciente en número y renta, la disminución del censo porcino en el resto de la Unión Europea o las marcas de calidad, como la DOP Jamón de Teruel y otras Indicaciones Geográficas Protegidas, son algunas de las oportunidades que permiten al sector mirar al futuro con optimismo.

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