TRIBUNALES

Los acusados de asesinar al joyero de La Almunia se enfrentan a 55 años de cárcel

El crimen se cometió en marzo de 2007 en la tienda de la víctima, a la que dispararon a bocajarro cuando estaba indefensa en el suelo.

Huyeron tras cometer -presuntamente- un crimen sin sentido y tardaron un tiempo en ser detenidos. Uno, Vladimir Lozovan, de 26 años, fue arrestado dos meses después del asesinato en un apartamento de Las Palmas de Gran Canaria. El otro, Nicolae Viorel Muresan, de 39 años, fue localizado nueve meses más tarde en Italia. Ambos se sentarán pronto en el banquillo de los acusados para responder por la muerte, prácticamente una ejecución, del joyero de La Almunia Juan Carlos Lafuente Callejero.


El fiscal pide para cada uno de ellos 26 años de cárcel por los delitos de robo con violencia, asesinato y tenencia ilícita de armas. Además, añade tres más para Vladimir Lozovan, de nacionalidad moldava, porque unos días antes del suceso se fabricó una tarjeta de identidad y un carné rumanos, lo que constituye un delito de falsedad en documento público.

La acusación particular, ejercida por la letrada Cristina Ruiz-Galbe solicita 27 años para Viorel y 30 años para Lozovan.

Según sus respectivos escritos de acusación, el 21 de marzo de 2007, entre las 13.10 y las 13.20, ambos procesados, actuando siempre de forma conjunta y coordinada y en un plan preconcebido por ambos, se presentaron en la plaza de La Paz, de la Almunia de Doña Godina.


Tras aparcar cerca de la joyería el BMW que llevaban, Nicolae Viorel accedió a su interior mientras Vladimir Lozoban se quedaba en la puerta vigilando la entrada. Una vez dentro, según las acusaciones, Viorel amenazó con una pistola Bereta, de calibre 9 milímetros, a Juan Carlos Lafuente, de 43 años, a quien obligó a tumbarse en el suelo bocarriba. Acto seguido, se hizo con las joyas y demás objetos de valor que había en el local y los metió todos en una bolsa.

Tumbado en el suelo

Como recuerdan las acusaciones, inexplicablemente y a pesar de que el joyero no opuso resistencia en ningún momento, Nicolae Viorel le apuntó con el arma, aún tumbado en el suelo, y le disparó en medio del pecho a bocajarro. El tiro le atravesó el pulmón y el corazón y murió minutos después.


El ruido de la detonación y un extraño grito que emitió la víctima alertó a Vladimir Lozovan, que entró a la joyería y ayudó a Viorel a arrastrar el cuerpo de la víctima hasta la trastienda. A continuación, salieron de la tienda tranquilamente y se montaron en el BMW y se dieron a la fuga en dirección a Guadalajara. Al llegar a un paraje rústico, situado en el término de Algora y que probablemente ya tenían decidido, abandonaron el turismo y el arma, la cual enterraron tras meterla en un calcetín.


El rápido despliegue de la Guardia Civil permitió localizar el vehículo una hora y media después, pero los asesinos ya habían huido de nuevo campo a través y pasaron la noche en una paridera, que luego también fue localizada.


El minucioso análisis del coche permitió a los investigadores del Laboratorio de Criminalística sacar huellas e identificar a Nicolae Viorel Muresan. El trabajo de investigación posterior permitió poner nombre al segundo y, a partir de ahí, seguir pistas que les llevaron hasta Las Palmas de Gran Canaria, donde Vladimir Lozovan tenía amigos y relaciones familiares. El 15 de mayo varios agentes de Zaragoza fueron hasta allí a por él y lo pusieron a disposición del juez de La Almunia.Mientras, Viorel, que había vivido un tiempo en Calatayud, fue localizado el 19 de diciembre en Italia.


El abogado defensor de este último, José Luis Melguizo, pide su absolución porque considera que no está probado que su cliente fuera el autor de estos hechos.