VIVIENDA

La crisis inmobiliaria amenaza con ralentizar Arcosur, el gran barrio de VPO de Zaragoza

El Ayuntamiento negocia con los promotores para garantizar que los trabajos en la zona sur estén listos en un año.

Roberto Hernández, ayer, ante algunos de los bloques en construcción del barrio de Arcosur.
La crisis inmobiliaria amenaza con ralentizar Arcosur, el gran barrio de VPO de Zaragoza
JOSé MIGUEL MARCO

La crisis inmobiliaria y los problemas de financiación que acarrea amenazan con ralentizar en los próximos meses las obras de urbanización del futuro barrio de Arcosur, valoradas en cerca de 300 millones de euros y en ejecución desde hace más de dos años. De momento, el Ayuntamiento de Zaragoza y los promotores están intentando cerrar un compromiso que garantice que en el plazo de un año esté terminada la urbanización de la zona sur, donde se encuentran la mayor parte de las viviendas protegidas en construcción. En la actualidad, unas 1.900 VPO están en fase de edificación y hay alrededor de 400 más con licencia.


Diversas fuentes consultadas informan de que en estos momentos existe división en el seno de la Junta de Compensación de Arcosur acerca de los ritmos que deben seguir las obras de urbanización. Las dificultades que está atravesando el sector inmobiliario y los problemas existentes para dar salida a las parcelas de VPO en Arcosur están propiciando que haya un volumen importante de promotores que aboguen por reducir su aportación a la urbanización y ralentizar el ritmo de las obras. Las citadas fuentes explicaron que en el caso de una reducción de las cuotas se podrían llegar a «doblar» los plazos de ejecución de la obra.

 

40% de obra ejecutada


En Arcosur, una de las mayores bolsas de VPO de toda España, se han comprometido gastos por 160 millones de euros, tanto dentro del sector como fuera, dado que los promotores han tenido que asumir cargas diversas que se suman a las de la urbanización propiamente dicha. En el barrio se ha certificado obra por valor de 82 millones de euros, aproximadamente el 40% de la urbanización. Las obras tienen comprometido un crédito de 30 millones de Ibercaja y la Caixa, aunque por ahora se han liquidado unos 12, por lo que faltarían otros 18. Respecto a los diez millones en subvenciones públicas, solo se han ingresado 1,5.


De momento, las obras de la zona sur se están ejecutando al ritmo previsto, aunque ya se da por hecho que cuando se entreguen las viviendas algunas calles secundarias, que dan servicio a parcelas pendientes de edificación, estarán sin terminar. Pero, además, respecto a la zona norte (la más próxima a Montecanal y donde se concentra la vivienda libre), los plazos podrían demorarse hasta 2017 y, en cualquier caso, se adaptarían a los ritmos que marcase el mercado.


Pero de todas formas las citadas fuentes informaron de que para garantizar la primera fase de los trabajos sería necesario mantener la cuantía de las cuotas actuales que pagan los promotores, así como un crédito añadido de otros 20 o 30 millones. Y eso es lo que de momento no está garantizado al 100%.


Relevo en la junta


En este contexto, se está produciendo el relevo en el seno de la Junta de Compensación tras la dimisión, anunciada en julio pero confirmada hace unas semanas, del hasta ahora presidente, Alberto Ferraz. El nombre que más suena para el relevo es el conocido promotor zaragozano Manuel Asín. Desde el Ayuntamiento se trató de plantear la opción de que un profesional ajeno a los propietarios del suelo asumiera la gestión, pero esta solución no se ha sustanciado. El propio proceso de cambio en la cúpula y la posibilidad de que pueda alterar la estrategia futura de Arcosur ha generado inquietud tanto dentro de la junta como fuera. En principio, a lo largo de este mes se tendrá que aclarar quién es el próximo presidente de la junta.


Desde el Ayuntamiento de Zaragoza se defiende que hay que «garantizar el cumplimiento de las previsiones» y que las 2.000 viviendas que están en la actualidad en ejecución dispongan de calles, luz, abastecimiento de agua y alcantarillado en 2012. Por parte de Ibercaja, como principal propietaria de suelo y financiadora del proyecto, se asumió que la caja «se adaptará al ritmo que marquen los promotores», pero se quiso tranquilizar a los vecinos garantizando que las viviendas actualmente en construcción dispondrán de las infraestructuras necesarias para que se puedan entregar las llaves en plazo.