NO HAY ACUERDO

Belloch anuncia más dragados y rechaza el consenso con los ecologistas

Dirigentes conservacionistas y profesores de la Universidad exigen al Ayuntamiento que rectifique por los daños al río Ebro.

zaragoza. No hay posibilidad de rectificación, ni siquiera de un mínimo acuerdo. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, no solo defendió ayer la necesidad de dragar el Ebro para garantizar la navegabilidad, sino que anunció que estas labores de limpieza del cauce continuarán en el futuro. Es más, rechazó cualquier solución consensuada con los ecologistas, que ayer reiteraron sus críticas al proyecto de navegabilidad y a las excavaciones en el cauce.

"No voy a rectificar, que lo tengan absolutamente claro", afirmó Belloch en respuesta a las críticas de los ecologistas, que comparecieron junto a Helios para protestar por los dragados y reivindicaron que se cree el comité científico de seguimiento que prometió el alcalde cuando comenzaron las excavaciones en 2007. Las quejas de los conservacionistas tuvieron varios focos y no solo el exclusivamente ambiental. "A ver cuándo el Ayuntamiento se da cuenta que esto no solo tiene un coste medioambiental, sino que el proyecto es un fracaso económico y que la ciudad no lo demanda", afirmó el catedrático de Hidrogeología Javier Martínez Gil.

Alfredo Ollero, profesor de Geografía Física de la Universidad de Zaragoza, insistió en que "es una actuación inútil". "En la siguiente crecida, el río depositará gravas en los mismos sitios aproximadamente", afirmó. Aseguró además que "es una práctica arriesgada", ya que puede provocar "una erosión remontante que puede desestabilizar los puentes", además de causar graves afecciones a la flora y a la fauna fluvial.

El profesor universitario y premio Goldman de Medio Ambiente, Pedro Arrojo, declaró que la navegación por el Ebro, tal y como esta concebida, "cuesta dinero, no causa satisfacciones y produce impactos ambientales relevantes". Subrayó que "la dinámica económica del servicio que se da es un desastre" y reivindicó la navegación tradicional. "Debemos estar orgullosos de nuestro río, no pretender tener el Sena en Zaragoza", afirmó.

Pero estas razones no son suficientes para el alcalde. Recordó que la cantidad de gravas que se extrae del río "es mínima". Pero sorprendió al anunciar que habrá dragados todos los años, en contra de lo que ha mantenido el Área de Grandes Proyectos, que anunció "la eliminación total del dragado" en el futuro. "Cada año se reducirá la cantidad, pero siempre habrá algo, porque lo contrario sería renunciar al azud", dijo.

Es más, tras insistir en que se seguirán retirando "los escombros procedentes del deshielo", defendió los dragados que reclaman otros alcaldes ribereños. "Debe hacerse lo mismo en los pueblos y soy solidario con ellos. Hay que limpiar el Ebro, eso es lo que queremos la inmensa mayoría de los ciudadanos", afirmó.

Negó cualquier oportunidad de acuerdo. "No hay nada que consensuar, no hay un camino intermedio. Solo se puede sostener coherentemente no dragar el Ebro con pedir que tiremos abajo el azud", declaró. Y dijo que la navegabilidad es viable económicamente, por lo que se mostró convencido de que dará beneficios este año. "Y aunque hubiera pérdidas, da igual. ¿No generan pérdidas las líneas de autobuses? ¿O el tren turístico?", concluyó.