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Las vías verdes de la provincia de Zaragoza, 70 kilómetros siguiendo líneas de tren antiguas
La del Tarazonica, que pasa por Tarazona; el Escachamatas, en Borja; o un pequeño tramo del anillo verde de la capital son algunas de las rutas habilitadas para recorrer en bici o a pie.
En España hay toda una red de caminos naturales que se han acondicionado sobre antiguas vías de tren que ya están en desuso. La idea inicial era habilitar estos trazados para que se recorrieran en bici pero también hay quien pasea por ellas. En la provincia de Zaragoza hay alrededor de 70 kilómetros de Vías Verdes, nombre que reciben estos itinerarios.
Una de ellas es la del Tarazonica, un tren que unía Tarazona con Tudela cuyo último convoy circuló en el año 1972. Poco después se levantaron los raíles y traviesas ferroviarias y, actualmente, este trazado está transformado en una vía verde de 22 kilómetros. Conecta el río Ebro con el Moncayo, por las riberas del Queiles, así como las comunidades de Aragón y Navarra. La salida desde Tarazona está en la estación de tren, junto al gran edificio que en su día fue lugar de tránsito de viajeros y mercancías y que hoy es un centro cultural. El apeadero de Vierlas, Malón o la antigua estación de Tulebras, ya en Navarra, son algunos de los puntos de interés por los que se pasa.
A muchos de los trenes antiguos se les conocía como “escachamatas” por la lentitud a la que viajaban. Pero en Aragón uno ha trascendido con ese nombre, el que iba de Cortes de Navarra a Borja. Ahora, su trazado es una vía verde de 11 kilómetros de ida y vuelta sobre una línea de ferrocarril que se construyó en 1889. La ruta es apta tanto para hacer en bici como a pie o a caballo y discurre entre paisajes vitivinícolas y huertas por la ribera del río Huecha. Esta vía verde es una pista rural que sale de la carretera N-122, en Borja, a la altura de un acceso asfaltado cerca de Bodegas Borsao. En el transcurso, se pasa por la estación abandonada de Ainzón, por la de Albeta o por el el parque de Marbadón, en Magallón.
Otras dos vías verdes de la provincia de Zaragoza aprovechan tramos de la línea ferroviaria que se había proyectado para conectar Santander con el Mediterráneo. El recorrido nunca se completó por completo y llegó hasta la estación de Dosante (Burgos), pero sí se habilitaron tramos en Aragón. Así, en su paso hacia Teruel, el trazado atravesaba las comarcas zaragozanas de Comunidad de Calatayud y Campo de Daroca. Después, continua hacia la del Jiloca, ya en tierras turolenses. El tramo bilbilitano es un camino natural que cruza todo este término municipal y que consta de dos partes. La primera atraviesa la vega del Jalón y se adentra entre las tierras blancas del cauce del río Ribota. El segundo tramo va por la orilla del Jiloca y pasa entre campos de frutales que copan la vega de este río.
También como parte de esta línea ferroviaria, se acondicionó la vía verde entre Murero y Ojos Negros. Este camino sale desde la comarca de Campo de Daroca y recorre 12 kilómetros por la provincia de Zaragoza, hasta la localidad de Villanueva de Jiloca, pasando por Manchones y Daroca. Después, continúa por Teruel durante unos 50 kilómetros más.
Aunque las vías verdes se relacionan más con el medio rural, también se pueden recorrer algunos tramos en plena ciudad. Es el caso del que va por el corredor Oliver-Valdefierro, en la capital aragonesa. Es la ruta más corta ya que no llega a tres kilómetros y forma parte del antiguo trazado del ferrocarril que iba a Teruel, pasando por Zaragoza. Desde 2015, este último resquicio ferroviario en plena urbe es un amplio bulevar con espacios ajardinados y carril bici. Cierra por el oeste el Anillo Verde y su nombre hace referencia a los dos barrios por los que pasa, Oliver y Valdefierro.
En Aragón hay actualmente alrededor de 250 kilómetros de itinerarios acondicionados como vías verdes. Los tramos más largos están en la provincia de Teruel, con la Vía Verde de Ojos Negros y la de Val de Zafán. Por número de vías, Zaragoza está en cabeza, con estas cinco alternativas. En la provincia de Huesca está la vía verde del Canfranero, un pequeño tramo de menos de cinco kilómetros entre Huesca y Alerre.
