El Monasterio de San Pelay, una joya del románico con mucho que pulir

El enclave se encuentra en la partida de San Pelaez, entre Orós Alto y Gavín, en la comarca del Alto Gállego, y se descubrió en 1997.

Los restos del Monasterio de San Pelay se descubrieron en 1997.
Los restos del Monasterio de San Pelay se descubrieron en 1997.
Amigos de Serrablo

El Monasterio de San Pelay se encuentra en un enclave privilegiado a unos kilómetros del pueblo de Gavín, en la comarca del Alto Gállego. La construcción se levanta en la orilla izquierda del río Sia y fue descubierta en 1997 por un miembro de la Asociación Amigos de Serrablo. Su estado actual es de gran deterioro y, desde las instituciones locales y supramunicipales se ha manifestado recientemente el compromiso por preservar y consolidar esta joya del románico con mucho que pulir.

El complejo data del siglo X-XI y según algunos autores es de estilo románico lombardo, aunque otros lo consideran mozárabe. Es la misma época que el Monasterio de San Pedro de Rava, en el valle de Broto, y según las investigaciones, se abandonó en el siglo XVIII. En las excavaciones se encontraron restos de dos iglesias, comunicadas entre sí por una escalera y un pasillo, así como una torre, un dormitorio y otras dependencias monásticas.

El descubrimiento del monasterio de San Pelay es uno de los más recientes de Aragón y, pese a su estado de ruinas, merece la pena acercarse a conocerlo. Fue descubierto por un amante de la zona que paseaba por allí y se topó con lo que resultó ser parte de la bóveda del conjunto, que estaba sepultada bajo la nieve. Tras las pertinentes excavaciones, se ha ido aportando luz al recinto y determinando los espacios. Así, se puede observar que la iglesia alta era abovedaba, con ventanas abocinadas y con un arco sobre tres columnas. La iglesia baja es un edificio de nave única, dividida en dos tramos. Otros elementos que se han descubierto son la cabecera semicircular y el ábside, en cuyo exterior hay una banda de arquillos ciegos de los que se conservan cuatro.

Para la conservación de los restos hallados del monasterio se construyó un cobertizo y una valla que impide el acceso y el consecuente posible deterioro si fuera un espacio accesible a cualquiera. El complejo es propiedad de la Entidad Local Menor de Gavín y en las últimas reuniones sucedidas entre las autoridades se ha hablado de lo preocupante de la situación, “por la magnitud de su degradación actual que requiere a corto plazo la adopción de medidas adecuadas, tanto técnicas, como administrativas y económicas para su protección, conservación y divulgación”. En el encuentro, que tuvo lugar a principios de febrero, todos los agentes implicados acordaron poner de su parte para mejorar el estado de este enclave de interés patrimonial.

En relación con el cuidado y la conservación del monasterio, la comarca Alto Gállego, el Ayuntamiento de Biescas y la Entidad Menor de Gavín se comprometieron a acometer el arreglo del vallado. Por otro lado, los trabajos de documentación y estudio se gestionarán a través de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, que este 2023 destinará 25.000 euros para llevar a cabo la realización del proyecto y los trabajos de consolidación del sitio arqueológico. También se hizo referencia a posibles excavaciones, contando para ello con el compromiso de las asociaciones culturales Amigos del Serrablo, San Bartolomé de Gavín y Erata, que se van a ocupar del desbrozado de la zona.

Con el compromiso de los diversos agentes implicados y la confianza en poder acceder a subvenciones se pretende consolidar este bien y rescatarlo del abandono en el que se encuentra actualmente. En el corto o medio plazo, el objetivo es excavar en su totalidad el yacimiento, que ya cuenta con el reconocimiento como BIC, así como protegerlo e integrarlo en el conjunto de bienes culturales históricos del Alto Gállego.

Aunque el lugar esté vallado y no se pueda acceder a él, el lugar irradia un halo de misterio, en parte por su estado de ruina, y puede ser una buena parada en una excursión por la zona. Además, se puede llegar en coche hasta muy cerca del monasterio. Desde la carretera N-260, entre Biescas y Gavín, hay que tomar el desvío hacía el camping, poco antes de llegar a Gavín. Después hay que cruzar el barranco sobre el puente y seguir la pista indicada y en buen estado que conduce a las localidades de Barbenuta y Espierre. Tras recorrer unos 1.400 metros, se coge un desvío a la izquierda. Después de circular unos 1.700 metros, se abandona la pista y se toma un camino en dirección oeste, viéndose los restos del monasterio tras recorrer unos 500 metros.

Aprovechando la excursión, comer en el camping de Gavín o incluso alojarse en él es una buena opción. Es un lugar agradable, situado en un entorno privilegiado y de precios asequibles. Además, el monasterio de San Pelay está en plena ruta de las iglesias del Serrablo, un conjunto de construcciones religiosas, algunas de ellas enclavadas en la roca, con formas características y desperdigadas en pleno Pirineo. Junto con el monasterio, de relativamente reciente descubrimiento, componen la ruta otros doce templos, como la ermita de San Bartolomé de Gavín, la iglesia de Santa Eulalia de Orós Bajo o la de San Martín, en Oliván.

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