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De Zaragoza a La Cartuja, un paseo por el camino natural del Ebro

A pie o en bici, esta sencilla ruta para realizar en familia es una de las propuestas del programa Zaragozanda, del Ayuntamiento.

El Camino Natural del Ebro, a su paso por La Cartuja.
El Camino Natural del Ebro, a su paso por La Cartuja.
M. Gazol

A pocos metros del asfalto y el ruido de la ciudad, el entorno de Zaragoza ofrece alternativas para pasear o ir en bici a las que recurrir para evadirse de la rutina. Una de estas propuestas consiste en recorrer parte del camino natural del Ebro, desde el centro de la ciudad hasta La Cartuja. La ruta está incluida en el programa municipal Zaragozanda y parte desde el Paseo de Echegaray y Caballero.

Pasear por este entorno es cobijarse a la sombra de un conjunto de plataneros singular en Zaragoza. Con sus 30 metros de altura, son los árboles de este tipo más grandes de la ciudad y su nacimiento se sitúa antes de 1900. Los excursionistas se encontrarán con este paraje nada más comenzar la ruta.

Otro de los enclaves a los que lleva esta propuesta es el Soto de Cantalobos, uno de los pocos bosques de ribera que han resistido la presión urbanística y agrícola de Zaragoza. Situado a orillas del río Ebro, en este espacio natural habita un variado ecosistema y la zona está catalogada como Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 200.

Avanzando en el camino hacia La Cartuja, la ruta pasa por la huerta de Las Fuentes, una representación de lo que un día fue el gran anillo verde de Zaragoza, plagado de campos de cultivo. Su máximo esplendor llegó a finales del siglo XIX pero en el XX comenzó su declive, debido a la expansión urbanística de la ciudad. Todavía hoy se conservan algunos resquicios de huerta, como esta zona próxima a La Cartuja.

Pasado este espacio de campos de cultivo, la ruta llega hasta la pasarela del Bicentenario, llamativa por su color verde y su moderno diseño. Se llama así en conmemoración al episodio histórico de Los Sitios de Zaragoza y es un puente sobre el Ebro que conecta a pie La Cartuja con La Alfranca, en el término municipal de Pastriz.

Una ruta sencilla para hacer en familia

La cercanía y accesibilidad de esta ruta con el centro de la ciudad hace que sea una de las más frecuentadas por las familias zaragozanas. También parejas o grupos de amigos optan, sobre todo los fines de semana, por sacar la bici y echar a rodar en esta dirección, en busca de aire libre y naturaleza.

El camino es llano y la ruta se considera de nivel fácil, apta para todos los públicos. Discurre prácticamente en su totalidad por una pista amplia de grava compacta, con algunas zonas irregulares pero sin desniveles de subida. Además, durante todo el recorrido hay bancos y zonas de descanso con fuentes, donde poder parar a reponer fuerzas o tomar fotos.

La excursión básica tiene una hora y 45 minutos de duración a pie, solo de ida, entre el Paseo de Echegaray, a la altura del azud del Ebro, y La Cartuja. El itinerario acompaña a las aguas del río por la orilla derecha, siguiendo todo el tiempo las señales del GR-99, el Camino Natural del Ebro. En total, se recorren casi 9 kilómetros, abandonando el casco urbano de Zaragoza con el Pilar a las espaldas.

En seguida, los plataneros reciben al caminante o al ciclista y, más adelante, en el soto de Cantalobos, la ruta se bifurca entre quienes van a pie, que tomarán un andador acondicionado para ello, y quienes van en bici, que deberán ir por una pista más amplia.

A lo largo del paseo, el usuario encontrará miradores y carteles interpretativos de la Red Natural de Aragón en los que se informa de los aspectos más relevantes de este tramo de la ribera del Ebro, enmarcado dentro del Camino Natural de La Alfranca.

En esta opción de ruta línea de solo ida, con la posibilidad de tomar el autobús urbano de regreso a Zaragoza, el final del paseo lo marcará la pasarela del Bicentenario. Unos metros antes de llegar a ella, un cruce señalizado indica el camino hacia el núcleo de La Cartuja.

Si se prefiere, se puede regresar por el mismo camino de ida o, si se quiere realizar una ruta circular más larga, la vuelta se puede trazar desde La Cartuja hacia el Canal Imperial de Aragón. En este caso, se pasará, entre otros enclaves, por las esclusas de Valdegurriana, casi llegando a los montes de Torrero. Se construyeron para permitir la navegabilidad del Canal para el transporte de personas y mercancías. Actualmente, están en desuso y sin compuertas, pero todavía conservan su salto de agua de 13 metros de altura.

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