Woody Allen

En 1935 nació Allen. Buñuel fundó la productora Filmófono. Picasso fue padre. Dalí terminó Retrato de Mae West. Y Hemingway publicó ?Las verdes colinas de África?.

Woody Allen ante los periodistas en Cannes
Woody Allen halaga a Banderas en Cannes
AFP

En 1935, nadie podía imaginar que aquel niño reuniría, 76 años después, a estos genios en una película, ‘Midnight in Paris’. No suponían muchas cosas, incluso que el recién nacido se llamaría algún día Woody Allen, ya que su verdadero nombre es Allan Stewart Konigsberg.


El pequeño Allan pasará a la posteridad por mil clichés a los que se recurre a menudo para describirlo. El cineasta enamorado de Nueva York, el músico que cada lunes toca el clarinete en el Café Carlyle, el realizador que nunca acude a los Oscar, el actor que más veces se ha interpretado a sí mismo, el primer gran amor de Diane Keaton, el director americano más europeo, el hombre que fue infiel a Mia Farrow con su hija adoptiva…


Es difícil ser original al citar a este realizador porque su intensa vida laboral obliga a hablar de él frecuentemente. Cada vez que estrena un filme. Y eso ocurre una vez al año, desde que se puso detrás de las cámaras en 1966 con el encargo de terminar ‘Lily, la tigresa’. Ya era conocido por enviar chistes a los columnistas neoyorquinos, por sus actuaciones en bares y, sobre todo, por escribir y protagonizar ‘¿Qué tal, Pussycat?’.


La primera película completamente escrita y dirigida por él fue ‘Coge el dinero y corre’, filme en el que también figura como actor, una constante en su carrera. Con ella inicia una forma de hacer cine que no se agota, que se reinventa y renueva a medida que pasa el tiempo. Pero que no envejece.


Cada año llega a las pantallas un Woody Allen diferente. Cambian los intérpretes, el entorno y el argumento pero hay asuntos que se repiten en su prolífica filmografía: el psicoanálisis, la filosofía, la magia, el sexo, la literatura rusa…


Es posible analizar la obra de Allen a través de sus musas (Louise Lasser, Diane Keaton, Mia Farrow, Scarlett Johansson); de sus ciudades (Nueva York, Londres, París, Barcelona); de sus referentes, Bergman (‘Interiores’) o Fellini (‘Recuerdos de una estrella’); o de sus temas recurrentes (pareja, arte, muerte…). Y también se puede trazar un recorrido partiendo de filmes sin pretensiones (‘Bananas’, ‘Todo lo que usted siempre quiso…’), pasando por comedias dramáticas (‘Annie Hall’, ‘Manhattan’) o títulos trágicos como ‘La rosa púrpura...’ o ‘Maridos y mujeres’, hasta llegar a su etapa viajera (‘Match Point’, ‘Vicky Cristina Barcelona’).


Pero lo más conveniente es no analizarlo. De eso ya se encarga él.


Ahora regresa a los Oscar con cuatro nominaciones (película, director, guión, dirección artística). No recibía tantas desde 1994, cuando acaparó siete por ‘Balas sobre Broadway’. Aunque no corrió igual suerte que con ‘Annie Hall’.


De lo que suceda en la ceremonia se enterará seguramente al día siguiente. Esa noche estará escribiendo una historia, recibiendo terapia en un diván o quizá monte en un carruaje y se traslade por unas horas al París de los años 20.