Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Sagrada Familia. El templo de la geometría

El 7 de noviembre de 2010 el papa Benedicto XVI consagraba la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. La nave central está acabada y operativa pero la culminación del templo sigue siendo una meta por alcanzar. Asombra pensar que queda por hacer más de la mitad. Antoni Gaudí (1852-1926) puso toda su creatividad arquitectónica en este gran proyecto, consciente de la gran complejidad y el enorme trabajo que futuras generaciones de arquitectos deberían desarrollar.

Bóveda de la Sagrada Familia
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EFE

UN ARQUITECTO INVESTIGADOR

El joven Antoni Gaudí recibió en sus estudios de arquitectura, hasta 1878, una extensa formación científico-técnica, de las matemáticas a las estructuras, de los motores a la estereotomía de la piedra (rama de la cantería que estudia cómo deben labrarse las rocas) y de la mecánica a la topografía. Pero la virtud de Gaudí fue basar sus diseños en su propia investigación. Gaudí nunca partía de manuales o de soluciones existentes, observaba la naturaleza y la consideraba un referente, pero, a partir de ahí, emprendía la búsqueda sistemática de nuevas propuestas.


En el taller de Gaudí no había una gran biblioteca y el material gráfico se reducía al mínimo. Había un taller fotográfico, un espacio para esculturas, una amplia zona para maquetas de yeso (escala 1:10 o 1:25), espejos para ensayar visiones indirectas, campanas tubulares para estudiar su sonoridad, techos movibles para experimentar iluminación y una infinidad de modelos con los cuales realizar una búsqueda de soluciones óptimas guiadas por la funcionalidad, la construcción y la estructura.


En este laboratorio, el trabajo en equipo estuvo siempre presente. Gaudí era el investigador principal, pero a su alrededor se aglutinaban profesionales y artesanos que seguían sus directrices y otros arquitectos que, desde diversas especialidades, colaboraron en los proyectos: desde un Jujol plástico a un Rubió calculista de estructuras.


UNA GEOMETRÍA ESPECTACULAR

Ya en 1898, Gaudí dejó planteada íntegramente la estructura mecánica del templo de la Sagrada Familia de Barcelona. Merecen destacarse sus estrategias estructurales. Superando los métodos tradicionales y apoyado en su fenomenal intuición espacial, Gaudí se adentra en el uso de estructuras reticulares, la modularidad en las medidas del templo y el sistema de proporciones, la generación de las columnas de doble giro para la nave central, la arborescencia-fractalidad de sus culminaciones, las inclinaciones de elementos, el uso de nuevos repertorios de superficies regladas (paraboloides hiperbólicos e hiperboloides de una hoja)… Gaudí supo hacer de la modelización tridimensional a escala (1:10 o 1:25, según el caso) un método alternativo a las representaciones gráficas tradicionales y a las complicadas ecuaciones más propias de la ingeniería.


OBJETIVO 2026

Inaugurada ya la nave central, queda, según Jordi Bonet, el actual arquitecto responsable de la obra, un ingente trabajo a realizar: un 55% del templo. Sacristías, torres, cimborrios... harán crecer el templo en vertical hasta alcanzar los 170 metros de altura de la torre de Jesucristo (la torre más alta ya construida mide 112 metros). He aquí una de las grandes virtudes del diseño de Gaudí: superar las limitaciones de crecimiento de las catedrales góticas, que siempre precisaron de elementos exteriores de apoyo. Lo que falta para culminar el templo será aún más espectacular que lo realizado hasta ahora.


CLAUDI ALSINA ES CATEDRÁTICO DE MATEMÁTICAS DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE CATALUÑA


ENLACES:

>>>Centro Gaudí de Reus.