Un 16% de las personas que sufren un ictus fallece antes de un año, según un estudio

Un 41,5% de los casos de ictus dejan secuelas de dependencia moderada en los pacientes.

Pruebas realizadas para detectar el ictus en el Hospital Clínico de Zaragoza, el pasado 29 de octubre, con motivo del Día Mundial del Ictus.
Un 16% de las personas que sufren un ictus fallece antes de un año, según un estudio
Aranzazu Navarro

El 75% de los ictus afectan a personas mayores de 65 años, un 41,5% de los casos dejan secuelas de dependencia moderada en los pacientes y un 16% fallecen antes de un año, según un estudio del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (Idiap) Jordi Gol.


El estudio ha analizado la mortalidad, grado de dependencia, supervivencia y años potenciales de vida perdidos tras hacer un seguimiento a 553 personas que sufrieron un primer episodio de ictus entre abril de 2006 y mayo de 2008.


Los pacientes analizados, con una media de edad de 73 años, son todos de ocho áreas básicas de salud de las Tierras del Ebro.


En la fase inicial, el Idiap hizo un estudio retrospectivo desde un año antes de sufrir el episodio hasta finalizar la primera fase de seguimiento el 31 de marzo de 2010 y aún hoy hacen el seguimiento prospectivo y se ha ampliado con los nuevos episodios de ictus que han sufrido los participantes.


Recoge el estudio tanto las variables clínicas, como la discapacidad residual y el estado vital de los pacientes mediante un registro centralizado de defunciones y a partir de la información existente en los centros que intervienen en el proceso de atención a los pacientes con ictus.


Las conclusiones del estudio indican que entre los 75 y los 84 años se concentra la frecuencia más elevada de sufrir un ictus.


El número de casos es similar entre hombres y mujeres en todos los grupos de edad, pero a partir del período de 75 años bajan los casos en los hombres mientras que en las mujeres se incrementan.


Constata el estudio que la hipertensión arterial no solo representa el factor de riesgo cardiovascular más prevalente, sino que también es el que se asocia a mayor riesgo relativo (se multiplica por ocho) de sufrir un primer episodio de ictus, seguido por la fibrilación auricular (se multiplica por seis).


El 'código ictus' de atención urgente de estos accidentes se activó en el 32,5% de los casos e intrahospitalariamente en el 77,8%.


La fibrinólisis, que es un tratamiento aplicable antes de 4 horas desde el inicio de los síntomas, con el objetivo de disolver el coágulo que ha ocasionado el problema, dado que el ictus es una obstrucción del riego sanguíneo en una zona del cerebro, se asocia a más supervivencia entre las mujeres y a un mejor pronóstico funcional (menos discapacidad residual).


Después del episodio de ictus, el estudio ha observado un incremento significativo en la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular, especialmente hipertensión arterial, fibrilación auricular y dislipemia.


En el primer año posterior al episodio el 41,5% de los pacientes presentaron algún grado de dependencia moderada, y hubo una pérdida de independencia media del 27,3% en el valor de la escala de Barthel (que evalúa la capacidad de las personas para desarrollar autónomamente actividades cotidianas) y que es más significativa entre las mujeres.


Un 26,6% de los pacientes murió durante los cuatro años del período de seguimiento, pero la probabilidad de morir fue superior en el primer año, donde se concentraron el 59,2% de los fallecimientos.


El ictus es un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro.


Los ictus, que tiene en España una incidencia de 150 casos por cada 100.000 personas, consume entre un 4% y un 5% del gasto sanitario y la OMS prevé un incremento del 27% en su incidencia durante los próximos 15 años en todo el mundo.


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