"Si no hubiera tabaco, habría muy poca EPOC en el mundo desarrollado"

La EPOC afecta a un 10% de la población de entre 40 y 75 años y es una de las primeras causas de ingreso en los hospitales de la Comunidad.

José Ángel (i), Rafael (c) y Ángel (d), en la unidad de rehabilitación para enfermos de EPOC del hospital Miguel Servet de Zaragoza.
"Si no hubiera tabaco, habría muy poca EPOC en el mundo desarrollado"
P. B. P.

José Ángel Catalán y Ángel Longares, de 63 y 57 años, se conocieron en la unidad de rehabilitación del hospital Miguel Servet de Zaragoza tras someterse ambos a un trasplante de pulmón. Son exfumadores y padecen Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una patología que afecta a un 10% de la población de entre 40 y 75 años y que a día de hoy es una de las primeras causas de ingreso en los hospitales de la Comunidad.


"El 80% de los casos de EPOC están sin diagnosticar. Los pacientes, por lo general, no acuden a consulta hasta que se ven muy afectados porque asumen que lo que les pasa es normal como consecuencia del tabaco", explica el doctor Salvador Bello, jefe del servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.


La fatiga y la dificultad para respirar (disnea) son los principales síntomas que padecen los afectados por EPOC, una enfermedad vinculada al tabaquismo y que afecta en la actualidad en mayor medida a los hombres. No obstante, los especialistas alertan de que en los próximos años podría darse un repunte de casos de EPOC en mujeres y alcanzar la misma prevalencia en ambos sexos, ya que cada vez hay más fumadoras aragonesas de entre 35 y 55 años. Para evitar este aumento, subraya el doctor Bello, es necesario sensibilizar a la población y poner más medios en la lucha contra el tabaquismo.


"Dejar de fumar cuesta mucho, pero en mi caso no tuve opción. Cuando no puedes tomar el aire, tampoco puedes tomar el humo y al final esto es así", lamenta José Ángel Catalán, quien fue diagnosticado de EPOC a los 58 años y trasplantado de pulmón en Barcelona en 2013. Tanto él como Ángel Longares habían sido fumadores "toda la vida"; prácticamente desde los 14 años, precisan. Pero el diagnóstico de la enfermedad y el posterior trasplante de pulmón hizo que ambos tuvieran que replantearse su estilo de vida. 

Dos ejemplos de superación

"Antes de la operación no podía ni dar diez pasos. Me fatigaba de ir del salón a la cocina, aun yendo con oxígeno por la casa", confiesa Catalán, quien tuvo que prejubilarse a raíz de la enfermedad. Su compañero de "terapia", Longares, también sufría las mismas complicaciones antes de recibir el trasplante: "vivía en la plaza de San Francisco y me tenía que parar seis o siete veces hasta llegar al hospital. Ahora casi me tienen que parar a mí porque me paso de largo", dice orgulloso de los logros conseguidos desde que recibió el trasplante el 1 de enero de 2011, "el mismo día -recuerda- que entraba en vigor la ley antitabaco en los bares". 


Hoy ambos pacientes de EPOC acuden dos veces por semana a la unidad de rehabilitación del hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde un neumólogo, una rehabilitadora y una fisioterapeuta supervisan sus ejercicios, les realizan controles y espirometrías y les ayudan, en definitiva, a ir ganando poco a poco en calidad de vida. 


"Ahora estoy teniendo otra nueva juventud y me dedico a vivir, a viajar y a disfrutar llevando una vida más ordenada: tomo 20 pastillas diarias, me hago análisis de glucosa en casa y tomas de tensión y saturación", cuenta Catalán. A ambos, el estar en contacto con otros trasplantados de la unidad les viene bien "como ejercicio y como terapia", pues aseguran que siempre es más fácil entenderse entre personas que a raíz de la enfermedad y del posterior trasplante sienten que han creado un "vínculo".


"Nos reunimos dos veces por semana para hacer gimnasia y una vez al mes para comer todos juntos. El ambiente es muy bueno porque vemos que con voluntad se puede salir adelante, aunque el camino no sea fácil", dicen con una sonrisa. 


La unidad de Neumología cuenta, además, con cuatro camas de hospitalización destinadas a pacientes que se encuentran en un estado avanzado de la enfermedad y los tratamiento de soporte y mantenimiento en estos casos también han mejorado en los últimos años con técnicas de ventilación mecánica no invasiva. "Ahora ya no es necesario intubar a estos pacientes ni tenerlos en la UCI para conseguir que salgan adelante y gracias a eso estamos salvando muchas vidas", afirma el neumólogo del Servet.

Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Zaragoza

En cualquier caso, para evitar el desarrollo de esta patología, los especialistas coinciden en que la mejor prevención es "dejar de fumar o no empezar a hacerlo", dado que el consumo de tabaco es la primera causa de EPOC en España. "Si no hubiera tabaco, habría muy poco EPOC en el mundo desarrollado porque los EPOC no fumadores están relacionados con ambientes laborales contaminados por la quema de combustibles fósiles", señala la doctora Isabel Nerín, responsable de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Zaragoza. Desde su fundación en el año 98, miles de pacientes han pasado por ella para vencer su adicción al tabaco y ganarle el pulso a la enfermedad. 


"Dejar de fumar exige unidades especializadas para estos enfermos que si siguen fumando suelen tener una dependencia muy elevada", advierte esta neumóloga, quien lamenta que los recursos y la capacidad de su unidad hayan sido "limitados" este año por los "recortes" del Gobierno de Aragón.


"Desde el 2011 que se aprobó la última ley antitabaco, el Gobierno no ha aplicado ninguna otra estatregia -como la financiación del tratamiento a los fumadores o el apoyo a las unidades de tabaquismo- encaminada a este fin", añade Nerín.


Por su parte, el doctor Bello coincide en resaltar la importancia de estas unidades e insta a incrementar su presencia en hospitales para "seguir informando a la gente de lo que supone el tabaco y de su relación con la EPOC". Así, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), en torno al 50% de las consultas de neumología son pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva y a su vez estos pacientes suponen el 10% de las consultas de Atención Primaria. 


"El tabaco tiene un coste sanitario altísimo. No solamente por EPOC, sino también por cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares", matiza la doctora Nerín. Así pues, desde SEPAR destacan que supone el 3% del coste sanitario español, lo que se traduciría en tres mil millones de euros al año. 


Por ello, los especialistas insisten en que la medida más eficaz para reducir su elevado coste es "incrementar las ayudas a estas unidades de tratamiento de fumadores" que contribuyen a su vez a reducir la elevada mortalidad de la enfermedad.


Por su parte, José Ángel Catalán y Ángel Longares aseguran ser un "testimonio vivo" de que con la ayuda de los profesionales se puede superar la enfermedad, aunque como dicen ellos: "al final el que se cura es el enfermo y si no hay voluntad, de poco sirven los medios".


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