Al monte, siempre con agua

Algunos consejos básicos para disponer de agua potable cuando se realiza una ruta de montaña.

Las fuentes son fundamentales para reponer agua, pero hay que asegurarse de su potabilidad
Al monte, siempre con agua

Hidratarnos correctamente durante una excursión es tan básico como saber la ruta o estar en buena condición física. Disponer de agua potable en cantidad suficiente, por tanto, se antoja esencial y más si salimos al monte con niños. Los expertos recomiendan ante todo no jugársela y llevar suficiente cantidad al iniciar la marcha o avituallarnos en fuentes, siempre que sepamos que contienen agua potable. Conviene desconfiar de cualquier punto de suministro del que no tengamos plenas garantías. En última instancia, nos quedará la opción de potabilizar el agua.  


Hay que tener cuidado con aguas de alta o media montaña que fluyen en arroyos o ríos, ya que pueden contener bacterias de diversa índole –debido a la presencia aguas arriba de animales, ya sea vivos o incluso muertos– y ocasionarnos una posible descomposición gástrica. Tampoco parece una buena opción fiarse del agua de una fuente cuyo origen desconocemos. "Lo ideal es encontrar un lugar en el que el agua surja de la misma tierra, ya que, seguro, estará en buen estado y tendremos el problema solucionado", afirma Alain Andrés, de la Compañía de Guías de Torla


Si no existe otra opción, siempre podremos potabilizar el agua; no obstante, conviene tener en cuenta que lo aconsejable es recogerla de un cauce en movimiento y nunca embalsada. Las pastillas, que se venden en comercios especializados, son la alternativa más rápida y económica (por 7 euros se pueden potabilizar al menos 50 litros), además de ocupar poco espacio a la hora de hacer la mochila.


Existen otras fórmulas de emergencia, como hervir el agua o emplear sustancias como el yodo, pero siempre controlando la dosis.


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