Discapacidad intelectual

"Queremos que la Fundación sea un abrigo para las familias"

La Fundación Down Zaragoza estrena curso con nuevos programas de atención especializada dirigidos a personas con discapacidad que les permitan alcanzar un mayor grado de autonomía.

La pequeña Adriana, de dos años y medio, participa en las actividades de la Fundación Down.
"Queremos que la Fundación sea un abrigo para las familias"
ADRIANA URROZ

Raquel Urroz es madre de una niña con discapacidad intelectual y lleva prácticamente desde que nació su pequeña en la Fundación Down. "Cuando estuvo ingresada en el Servet, en neonatos, nos dieron información con el teléfono y enseguida nos pusimos en contacton con ellos", recuerda. Desde su experiencia, reconoce que "es una gozada que exista una asociación específica que trate el problema de tu hijo" y valora "muy positivamente" el poder formar parte de ella.


Gracias a la atención personalizada que recibe en el centro, la pequeña Adriana, de dos años y medio, ha dicho ya sus primeras palabras. "Este mes -señala orgullosa su madre- hemos empezado con logopedia y la verdad es que está encantada. En cuanto llega su profesional, que se llama Laura, ya no nos hace caso... y termina la hora y no se quiere ir ningún día", cuenta con una sonrisa.


Adriana acude a la Fundación Down dos horas a la semana y practica además matronatación los sábados por la mañana. Sus padres están "encantados" de todo lo conseguido en estos dos años gracias a las labores de terapia ocupacional, estimulación temprana y fisioterapia, donde ya ha sido dada de alta. "La verdad es que, dentro de lo pequeña que es, es bastante autónoma porque anda sola, pide cosas, interactúa...", confiesa orgullosa su madre.


Jornadas de encuentro para las familias


Además de plantear distintas actividades para los chavales, la Fundación Down apuesta también por la presencia constante de las familias a través de encuentros mensuales o bimensuales donde se potencia la participación activa de padres, madres y hermanos en jornadas y otras actividades lúdicas. "Allí contamos nuestras angustias, alegrías, miedos que van surgiendo al principio... es un foro para apoyarnos entre nosotros y gracias a eso hemos hecho un grupo de amigos que nos juntamos con críos de edades parecidas", explica Raquel. "Hay cosas que se te hacen un mundo y al compartirlo con otros te das cuenta de que no eres el único y que si el otro lo ha superado, el tuyo también lo superará", añade otra madre.


Pilar Villarocha -psicóloga del centro- se encarga de organizar un viernes al mes estos encuentros, que se convierten en un "foro para compartir y salvar las preocupaciones de muchos padres". Y ellos, sin duda, lo agradecen: "Se nota que el suyo es un trabajo vocacional, que tienen una preocupación por el desarrollo de tu niño, y eso es algo muy bonito: el ver que están encima de ella de esa manera, para mí como madre, es una pasada", reconoce Raquel.


Servicios de atención post-temprana


De cara al nuevo curso que comienza -explican desde la Fundación- cobran especial relevancia los servicios de atención post-temprana, dirigida a niños y adolescentes de entre 6 y 14 años, y el centro ocupacional para mayores de 18 años. "La vida, conforme vamos creciendo, se hace más compleja y las posibilidades para nuestros chavales se diversifican muchísimo", apunta Lourdes Roda, coordinadora de Formación e Inserción Laboral.


Para Ana Alvitre, madre de un niño de 8 años, que su hijo reciba atención en este centro es "fundamental de cara a un futuro". "Quieras que no, en el colegio no van a hacer un grupo de amigos con gente normal, la realidad es esa. Sin embargo, aquí poco a poco encuentran su gente y se preparan", añade agradecida por la labor que desarrollan los profesionales del centro.


Una vez que los chavales concluyan la fase de atención post-temprana, en unos casos pasarán a formarse; en otros, intentarán conseguir un empleo o desarrollar unas habilidades sociales que les permitan comprender mejor su entorno. "Necesitan entender qué es lo que les rodea, por qué la gente reacciona así, qué es lo que se siente en determinadas situaciones y cómo actuar ante eso". En ese sentido -explica Lourdes, coordinadora de Terapia Ocupacional- hay un continuo análisis de la realidad y de las necesidades de cada uno.


Cuenta ilusionada que este nuevo curso se ha puesto en marcha "un proyecto precioso" en el que un grupo de chavales del centro simula que está creando su propia empresa y desarrollan así diversas habilidades de cara a una futura inserción laboral. "Son personas preparadas para trabajar, con iniciativa, con ideas claras, con muchas habilidades... pero por desgracia hoy no tienen la oportunidad de compartir todo eso en una empresa que les contrate", lamenta.


La actual situación económica ha puesto en dificultades a más de 60 familias de las 500 que forman parte de la entidad. Conscientes de esta situación que cada vez afecta a más personas, la Fundación les facilita también bienes y servicios para su día a día, porque el objetivo -insisten- es que sea un abrigo para las familias.