JAGUAR E-TYPE

Una obra de arte británica

El Jaguar E-Type causó furor en los años sesenta y, por méritos propios, se ha hecho un hueco entre los mejores automóviles de la historia. Este año, Jaguar celebra por todo lo alto el 50 aniversario de un modelo al que muchos consideran una obra de arte.

Una obra de arte británica
Una obra de arte británica
JAGUAR

Jaguar celebra, durante este año, el 50 aniversario de uno de los deportivos más famosos de la historia del automóvil: el E-Type. Fue el 15 de marzo de 1961 cuando se presentó en el salón del automóvil de Ginebra la obra maestra de Malcon Sayer, el experto en aerodinámica que, previamente, había dibujado los C-Type y D-Type de competición.


La aceptación del E-Type en su largo periodo de comercialización (nada menos que 14 años) fue sobresaliente, llegando a matricular 75.520 unidades, algo que fue posible tanto por su incuestionable belleza como por sus avanzadas características técnicas. O también porque costaba mucho menos que sus rivales más directos, por ejemplo, la mitad que un Aston Martin DB4 o una tercera parte que un Ferrari 250 GT. En la actualidad, en el mercado de los clásicos una unidad como la que se puede contemplar en la fotografía tiene un valor aproximado de 60.000 euros.


Cualquiera que observe hoy en día un E-Type se dará cuenta de que no es un simple deportivo bonito, sino que se trata de una obra de arte. De hecho, el Museo de Arte Moderno de Nueva York tiene una unidad en la exposición permanente (un Serie I descapotable). La tremenda belleza del E-Type tampoco pasó por alto para uno de los grandes genios de la historia del automóvil, Enzo Ferrari, quien afirmó que «era el coche más bello que jamás había visto».


Por todo esto y mucho más, es evidente que el Jaguar E-Type ha de ser considerado como uno de los mejores automóviles de la historia.


Para este reportaje se ha elegido una unidad de 1967, que corresponde a la primera de las tres series que hubo, pero ya con el motor de 4,2 litros de cilindrada. Esta unidad representa a la perfección todo lo dicho sobre el Jaguar E-Type, pues mantiene la pureza de las líneas originales y las combina con su atractiva carrocería descapotable. De hecho, de las numerosas versiones y evoluciones que hubo en esta gama, es una prácticamente igual que esta la que ha elegido el museo neoyorquino.


Técnicamente, el E-Type destacaba a nivel de chasis con su esquema monocasco con subchasis tubular, sus frenos de disco y sus suspensiones independientes. Todo un avanzado para la época. Tampoco era nada habitual para entonces un coche de 265 cv que alcanzase 240 km/h o que acelerase de 0 a 100 km/h en 7 segundos. Sin duda, todo un adelantado a su tiempo.