Candidatura de 1998

Presentación de Jaca 98
Candidatura de 1998

Desde febrero de 1988, Jaca puso todo su empeño en preparar la candidatura para los Juegos Olimpicos de Invierno de 1998, que en esta ocasión, sí contó con el respaldo del COE. Además, Jaca fue la única ciudad española que mostró interés en estos Juegos. Con Luis Acín, entonces consejero de Industria y Turismo del Gobierno aragonés, como uno de sus mayores impulsores, el proyecto Jaca 1998 ‘Finalmente Pirineos’ fue dando pequeños pasos.


Los organizadores aprovecharon el tirón de Barcelona 92 para vender Jaca 98 y hacer ‘lobby’ entre los miembros del COI. El proyecto de Jaca 98 proponía como principales escenarios Candanchú (donde se desarrollarían las pruebas de esquí alpino masculino, fondo y biatlón), Astún (esquí alpino femenino y se instalaría el trampolín de 90 metros), Formigal (las pruebas de combinadas masculinas y femeninas) y la ciudad de Jaca (en la peña Oroel se levantaría la villa de prensa y las pistas de ‘luge’ y ‘bobsleigh’, y también en la capital jacetana se crearía la villa olímpica y dos nuevos palacios de hielo). Por aquel entonces se mencionaba un estudio para permitir la innivación artificial en las cinco estaciones del Pirineo aragonés (Candanchú, Formigal, Astún, Panticosa y Cerler) para asegurar la viabilidad de las pruebas deportivas.


Además, bajo el lema ‘Finalmente Pirineos’ trataron de explotar el hecho de que nunca hubiera habido unos Juegos en suelo del Pirineo para vender Jaca 98. Pero al final, no pudo ser. El 15 de junio de 1991, en la ciudad inglesa de Birmingham, el COI decidía a Nagano (Japón) como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1998. Junto a Jaca, se quedaban fuera Salt Lake City (EE. UU.), Aosta (Italia) y Oastersund (Suecia).


La candidatura japonesa estuvo marcada por la corrupción y el pago de comisiones y regalos a los miembros del COI, que se sacó a la luz años después, a finales de los 90.


Las autoridades aragonesas culparon del fracaso a la falta de promoción local y nacional, ya que los esfuerzos se habían centrado en la proyección internacional y no se había conseguido llegar a la sociedad jacetana, aragonesa y española. La candidatura dejó un agujero en las cuentas públicas de 1.900 millones de pesetas, algo que se enmendó en posteriores intentonas. Además, también fue muy criticado después que se hubieran gastado 308 millones de pesetas por el dossier del proyecto, que entregaron a los 18 miembros del COI en maletas de madera de nogal con el territorio olímpico jacetano en su interior hecho de escayola.