Heraldo del Campo

"Mi motivación es trabajar por el futuro del pueblo"

Entrevista a Marian Collado, presidenta de la Comunidad de Regantes de Lanaja, en Huesca.

Marian Collado, presidenta de la Comunidad de Regantes de Lanaja
"Mi motivación es trabajar por el futuro del pueblo"
Patricia Puértolas

De espíritu luchador, Marian Collado, vecina de Lanaja y de 63 años de edad, es la única mujer al frente de una comunidad de regantes en el conjunto del Alto Aragón. Accedió al cargo con el objetivo de trabajar por el futuro de su población y para ello, está convencida de que solo existe un camino: subirse al tren de la modernización. De su mano, los regantes de la comunidad de Lanaja, que lidera desde hace cinco años, han emprendido el camino decididos a lidiar con las dificultades.La agricultura es un sector dominado por hombres. ¿Cómo ha llegado usted a liderar una comunidad de regantes?

Al quedarme viuda, me convertí en la administradora de la finca agrícola y desde entonces, he luchado junto a mis hijos por sacarla adelante. Aunque nunca he llegado a subirme al tractor, he trabajado día a día por su mantenimiento y he hecho los deberes para conocer todo lo necesario sobre el sector primario. Al final, mi inquietud por el futuro de la agricultura y en definitiva, del propio pueblo me llevó a ocupar este cargo. Mi único propósito es trabajar por una comunidad de regantes viva y para ello, necesitamos subirnos al tren de la modernización.¿Cree que puede aportar algo diferente a un hombre?

Las mujeres somos más conciliadoras y dialogantes, algo muy necesario, especialmente cuando te enfrentas a un proceso de concentración y modernización, que resulta complicado y que requiere de cierta habilidad comunicativa.En relación a ello, el proceso de concentración logró en asamblea el apoyo de casi un 85% de los 400 propietarios, ¿cómo lo ha conseguido?

Para empezar, teniendo las ideas muy claras y sabiendo que nos jugamos nuestro futuro. Con esta convicción, llamé a la puerta de la dirección provincial de Agricultura, que tuvo una respuesta excelente, y después, fui casa por casa exponiendo la situación a cada agricultor. En este proceso, ha sido indispensable la ayuda de la administración, del resto de la junta de la comunidad así como de las organizaciones agrarias u otras comunidades de regantes. Organizaron unas jornadas divulgativas junto a UAGA para dar el último empujón al proceso. ¿Resultaron útiles?

Mucho. A través de ellas, tuvimos la oportunidad de dar a conocer los pasos a seguir y gracias a la intervención de varios invitados, expusimos las ventajas del proceso de la concentración y la modernización, que nos permitirán ahorrar costes, ser más eficientes y en definitiva, rentabilizar al máximo nuestras explotaciones. El testimonio de otras comunidades resultó fundamental, ya que son un ejemplo de éxito y pueden aportarnos su experiencia. ¿A qué teme un agricultor cuando se inicia un proceso de concentración y modernización?

Para empezar, la concentración significa reagrupar las tierras y realizar un nuevo reparto, lo que lleva a algunos propietarios a perder algunas propiedades con cierto apego sentimental. De igual modo, la mayoría de la gente tiene miedo al cambio y al alto coste de la modernización de regadíos. ¿Y cómo lo contrarresta?

Además de insistir en las bondades de la modernización, siempre insisto en que las inversiones son asumibles, especialmente porque las afrontamos unidos. De hecho, si llegara el caso de no poder afrontarlas, no es lo mismo enfrentarte al banco en solitario que de forma grupal. Nadie va a hundir a un pueblo entero; tendrán que negociar. Lo importante es que la modernización nos traerá mejoras productivas y técnicas; es el futuro para los jóvenes y para la localidad. ¿En qué punto está el proceso de concentración iniciado?

A principios de año, presentamos el expediente y ahora, resta adjuntar una memoria valorada del proyecto. Para ello, estamos en conversaciones con varios gabinetes técnicos. Ahora mismo, han firmado el 53% de los agricultores, que representan el 70% de la superficie de la comunidad, que cuenta con unas 4.000 hectáreas.Todavía debe lidiar con momentos complicados. ¿Se siente con fuerzas?

Por supuesto. Para mí, este proceso supone un reto y tengo ganas de alcanzarlo; además, me veo apoyada por la administración y el resto de compañeros. Trabajo por el bien común, por el futuro del pueblo; no hay mejor motivación.


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