Pautas para diferenciar entre estar 'depre' y estar deprimido

Cuando las defensas para superar la tristeza leve fallan es importante detectarlo y tratarlo cuanto antes.

Pautas para diferenciar entre estar 'depre' y estar deprimido
Pautas para diferenciar entre estar 'depre' y estar deprimido

En algunos momentos de la vida tendemos a entristecernos, a sentirnos desanimados, desbordados por las circunstancias o las expectativas incumplidas. Presentar reacciones depresivas leves está dentro de lo normal. El estrés y los acontecimientos cotidianos incide en nuestro estado de ánimo desequilibrándolo en ocasiones hacia la tristeza. Pero no es lo mismo tristeza que depresión.

Las personas desarrollan defensas para afrontar y superar las depresiones leves que se originan por las frustraciones cotidianas. Estas son las depresiones más frecuentes, aunque no las más graves. Muchas veces están relacionadas con: rupturas sentimentales, problemas con los amigos, dificultades con los estudios, desempleo...

'Depre' o depresión, ¿cómo saberlo?

Las cosas que nos hacen sentirnos "depres" no alteran todos los aspectos de nuestra vida, seguimos saliendo, yendo a clase, pero la autoestima se resiente y aparecen ciertos signos de irritabilidad, cansancio y tristeza. En ocasiones podemos afrontarlas solos y en otras no. En estas situaciones es cuando el apoyo de los tuyos ayuda. Los amigos y la familia te hacen sentir que no estás solo y eso facilita la recuperación del estado de ánimo deprimido.

También es muy beneficiosa la intervención de un profesional que te ayude a ordenar y entender la realidad y te facilite recursos para solucionar esos problemas. El paso del tiempo facilita tomar distancia de la situación, pero no es suficiente: hablar de lo que pasa beneficia y hace que te puedas encontrar mejor.

Sin embargo, si durante al menos dos semanas experimentas estos síntomas:

Estado de ánimo deprimido, sensación de desesperanza, apatía generalizada y pasividad, sentimiento de vacío o tristeza, llanto frecuente o irritabilidad. Disminución acusada para el placer o el disfrute de las actividades cotidianas la mayor parte del día.Acompañados de algunos de estos otros casi a diario:

Perdida importante del peso o aumento, o perdida o aumento del apetito. Fatiga o pérdida de energía. Insomnio o necesidad exagerada de dormir Agitación o enlentecimiento psicomotor. Sentimientos de inutilidad o culpa excesivos o inapropiados. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión. Pensamientos de muerte o de suicidio.Y todo esto hace que se deterioren tus relaciones sociales o afecta a tu rendimiento escolar o laboral, y los síntomas persisten durante más de dos meses, necesitas recurrir a un especialista.

Los síntomas de una depresión no suelen aparecer bruscamente, sino a lo largo de un proceso que lleva días o semanas, en ocasiones precedido durante semanas o meses de síntomas de ansiedad.

Es difícil aceptar que se está ante una depresión. Muchas veces preferimos pensar que algo no funciona bien en nuestro cuerpo porque no dormimos o no comemos y tenemos un cansancio desmesurado. Existe la confianza en que el tiempo pase, las cosas mejoren solas. O se tiene la idea de que uno puede solucionarlo solo y que no necesita pedir ayuda.

Estos pensamientos hacen que se tarde en reconocer y tratar los estados depresivos. Pero, como en cualquier otro problema físico o emocional, detectarlo y tratarlo cuanto antes facilita la recuperación.

Por ello, desde el Cipaj a ponerse en contacto con la asesoría psicológica, gratuita para todos los jóvenes, a quienes crean que pueden estar necesitar ayuda o conozcan a alguien que pueda estar en dicha situación.

Elisa Múgica y Rosana Bellosta, asesoras psicológicas del Cipaj y la Universidad hasta 2009.

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