Francia aparta a España del oro

El conjunto hispano no podrá reeditar el título europeo. Ahora pugnará por la medalla de bronce con Bielorrusia.

Ana Cruz intenta superar la defensa de Gaelle Skrela.
Ana Cruz intenta superar la defensa de Gaelle Skrela.
ANIKO KOVACS/efe

En el peor día, en la peor situación, falló la fórmula de Lucas Mondelo. La semifinal contra Francia se presentaba como una final anticipada del Campeonato de Europa y la selección femenina de baloncesto perdió su esencia para caer al gusto de su adversaria en semifinales. Sin brillo, sin continuidad, sin dinamismo ni acierto en las situaciones favorables, las ibéricas aguantaron el choque con las francesas por su capacidad defensiva pero nunca lograron poner sobre la mesa su autoridad. Alba Torrens, habitual encestadora, debió sostener a un conjunto en el que solo Marta Xargay alcanzó los dobles dígitos, y la exterior balear despidió la noche con un triple lanzado con más fe que convencimiento para sellar una derrota que llegó en el mal día que supone pelear un campeonato.


No empezaron centradas las españolas. En su deseo de ajustar una defensa que alejara a Francia de su zona, la fórmula naufragó porque se escurrieron sus rivales entre sus brazos desajustados y establecieron un 7-0 de inicio. A ello se unió que las de Mondelo sufrieron unos inesperados nervios, quizás por la vista de una posible final a la vuelta de la esquina. No obstante, el equilibrio esperado regresó cuando la defensa a media cancha y las zonas despistaron a las galas y las carreras de las mujeres de rojo empezaron a fructificar. Por contra, la vuelta al formato de rapidez también contribuyó a contagiar cierto descontrol. No obstante, el problema que se extendió durante todo el partido para Mondelo fue que Alba Torrens sufrió mucho la vigilancia de las francesas. De hecho, su primera canasta tardó tanto en llegar y resultó tan sintomática que coincidió con la primera ventaja española (19-17).


Después del descanso volvió a reproducirse la misma situación. Las de Mondelo redujeron sus porcentajes de tiro y las francesas lograron establecer una nueva distancia (46-39), que solo con un trabajo de hormigas lograron equilibrar de nuevo las españolas (47-46). Destinado el choque a resolverse en el último cuarto, las cartas salieron mal para las españolas en los momentos decisivos. Poco tardó N’Dour en cometer la cuarta y la quinta personal y dejar al juego interior de Mondelo sin su faceta desequilibrante. Tampoco las francesas permitieron el estilo veloz y las canastas fáciles que las ibéricas suelen desarrollar en esos instantes. Ni siquiera el factor Torrens desatascó la situación porque funcionó a rachas y sus robos de balón se deshicieron con numerosos fallos.


En esos tiempos de extravío Laia Palau dio un paso adelante para asumir el liderazgo y transmitir a sus compañeras los valores necesarios para superar a Francia. Respondió su reflejo francés, Céline Dumerc, quien manejó a su antojo las estrategias finales de las galas. Paradójicamente y con todo en contra, de entre la penumbra surgieron unos últimos instantes brillantes de las españolas y el bloqueo mental y físico de sus adversarias hasta que se abrió la ventana para el pequeño milagro. Entonces Torrens pudo empatar con un lanzamiento triple a 15 segundos del final, pero la balear lanzó desequilibrada y su fe no fue suficiente para rescatar a una España que no podrá defender su título de campeona de Europa y cerrará el torneo contra Bielorrusia en la pugna por el bronce.

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