Los técnicos deciden hoy sobre el posible derribo del edificio en ruinas del Gancho
Las familias desalojadas en la madrugada del sábado tras la caída de parte del tejado esperan ayudas de los servicios sociales.
El precario estado en que los técnicos encontraron el sábado el inmueble obligó a intervenir de urgencia, hasta el punto de que los Bomberos estuvieron trabajando prácticamente durante todo el día para consolidar las zonas más afectadas y apoyar puntales de contención en la fachada del inmueble situado justo enfrente. La Policía Local instaló también vallas en la calle para impedir que los transeúntes se aproximen a la casa afectada, de la que podría caer algún cascote.
Al inspeccionar el sábado por la mañana el edificio siniestrado, la arquitecta municipal observó un desplazamiento en la fachada principal, por lo que se colocaron testigos en las grietas para ver si la estructura continuaba moviéndose. Al parecer, no lo ha hecho, pero la situación del bloque es tan precaria que lo hace inhabitable. De hecho, ni siquiera los inquilinos han podido regresar todavía a recoger sus enseres. Cuando por fin se les permita, deberán entrar a sus hogares con autorización de la Policía y acompañados por los bomberos.
Aunque en un primer momento todos los afectados se han acomodado en casas de familiares, la posibilidad de que sus viviendas terminen siendo víctimas de la picota les inquieta sobremanera. Todos ellos se encuentran en una situación económica complicada y esperan ayuda de los servicios sociales para poder encontrar un nuevo hogar. "Si no tenemos ni para comer, ¿cómo íbamos a arreglar la casa?", se lamentaba este fin de semana una de las vecinas mientras confesaba su preocupación por el futuro de su familia si se quedan en la calle.