Un derbi peligroso

El Barça necesita superar a domicilio al Espanyol (16.00) para conservar la primera posición de la tabla.

Los jugadores del Barcelona, durante el entrenamiento de ayer en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Un derbi peligroso
A.G./Efe

Con todo el mundo hablando de la semifinal de la Liga de Campeones ante el Bayern de Pep Guardiola, el Barça se juega la Liga a la vuelta de la esquina del Camp Nou, más lejos que en el desaparecido Sarriá o en el infrautilizado Estadi Olímpic de Montjuic, pero todavía cerca, en Cornellá-El Prat, donde la afición del Espanyol se toma el derbi como una final, el partido del año para un equipo que no puede disfrutar de citas tan pasionales durante la temporada al no competir en Europa (16.00). Durante este curso sí vivió grandes días en la Copa del Rey, pero el KO en la semifinal ante el Athletic (0-2) cuando ya se celebraba el pase a la final tras el 1-1 de Bilbao hizo mucho daño. Tanto que Sergio González motiva a las fuerzas pericas con ese recuerdo: "Sería bonito vencer por la afición para devolverles y compensar el mal sabor de la Copa". El Barça necesita menos alicientes. Los tiene todos. Con dos puntos de ventaja sobre el Madrid a falta de seis jornadas, cada victoria es de oro. Y ésta más, porque su eterno rival juega mañana en Vigo ante un difícil Celta.


Es un partido muy complicado para el Barça por mucho que en los últimos derbis haya salido victorioso, como en el exagerado 5-1 de la primera vuelta en el Camp Nou. "A estas alturas del campeonato nos favorece jugar un derbi porque el jugador sabe que la posibilidad de ganar títulos está cerca. Veo al equipo con muchas soluciones y en una dinámica positiva", asegura Luis Enrique, quien cree que sus jugadores llegan en un buen momento físico. "Un día más o menos de descanso a estas alturas se nota mucho. Y esta vez jugamos el martes. Sabemos que son tres puntos muy importantes en la carrera por conseguir el título, por lo que intentaremos sumar una nueva victoria", explicó el técnico azulgrana.